Las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans y de género diverso sufren mayor exclusión y discriminación cuando huyen de sus países en busca de refugio y protección. Decenas de relatores de derechos humanos instan a garantizarles el goce de sus garantías fundamentales dondequiera que vivan.
Más de dos tercios de las personas desplazadas en el mundo no han salido de sus fronteras nacionales en busca de seguridad, sino que se mueven dentro del territorio de su propio país. Cuando estas personas son lesbianas, gay, bisexuales, trans y de género diverso, estos desplazamientos las colocan en una situación aún más frágil que la de otros migrantes y a menudo son discriminadas por motivos de orientación sexual e identidad de género.
Unos 40 expertos de la ONU en derechos humanos, al igual que de otros organismos especializados, hicieron una declaración conjunta denunciando la vulnerabilidad de ese colectivo cuando huye de la persecución, y llamando a todos los gobiernos a asegurarles protección y un trato digno.
Los relatores aseveraron que las personas LGBT+ destacan entre las más vulnerables y marginadas de los 84 millones de individuos desplazados que existen actualmente en el mundo.
Explicaron que el motivo del desplazamiento de ese grupo se debe muchas veces a que residen en países que no ofrecen una protección sólida de los derechos humanos.
“Las vulnerabilidades estructurales a las que se enfrentan las personas LGBT+ se ven intensificadas por su estatus como migrantes, solicitantes de asilo, refugiados o desplazados internos”, añadieron.
Vulnerabilidad en todas las etapas
Los relatores indicaron que si esas personas migran a otros países, suelen enfrentar peligros similares o mayores de violencia, xenofobia, racismo, misoginia, discriminación por edad, marginación socioeconómica y aislamiento de las redes de apoyo tradicionales.
“En todas las etapas de su viaje, son especialmente vulnerables a la violencia, los abusos y la explotación por numerosos actores, entre los que se incluyen, aunque no exclusivamente, las autoridades de inmigración y seguridad, los traficantes y los contrabandistas, al igual que de otros desplazados y, con bastante frecuencia, los actores responsables de su seguridad y bienestar a su llegada a los lugares de asilo”, apunta la declaración.
Tras su reubicación, en las jurisdicciones en las que la composición de la familia se define únicamente por normas heteronormativas, las personas LGBT+ que se desplazan no pueden gozar su derecho a la reagrupación familiar.
Los expertos detallaron que los abusos contra las personas LGBT+ desplazadas pueden observarse en forma de violencia de género, exclusión de servicios esenciales como un refugio y una vivienda seguros y adecuados, falta de acceso a alimentos y artículos no comestibles básicos, falta de atención médica y servicios psicosociales, y falta de acceso los servicios financieros o apoyo a los medios de subsistencia.
Asimismo, se les margina de la economía formal al bloqueárseles la entrada al mercado de trabajo y, consecuentemente, aumentando su riesgo a la explotación sexual y otros atropellos.
Invertir en la protección de los derechos humanos
Los relatores consideraron que en vista de que sigue aumentando el desplazamiento de población, los Estados, las empresas y las organizaciones humanitarias y de la sociedad civil deben invertir en el desarrollo de políticas y programas basados en los derechos humanos que tengan en cuenta las dimensiones del desarraigo forzado y la orientación sexual y la identidad de género, promoviendo una mayor colaboración y coordinación entre todos los actores responsables de la protección de las personas desplazadas LGBT+.
Para concluir, sostuvieron que es esencial abordar el origen de los desplazamientos y garantizar que el colectivo LGBT+ pueda vivir libre de la violencia y la discriminación en sus comunidades para que no deban buscar protección en otro lugar.
Con información de ONU noticias.
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