Por: GenÉthico
El movimiento feminista y la justicia social, en general, llevan hablando de la brecha salarial mucho tiempo. La desigualdad entre hombres y mujeres afecta a todos los campos y, por desgracia, sigue muy presente en el ámbito empresarial.
Tener un salario más bajo por hacer el mismo trabajo que un compañero hombre, ha sido el pan de cada día de las mujeres.
Pero vayamos a los datos.
Datos, nos gustan los datos
Según el último informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas para la fundación BBVA, las mujeres acceden más preparadas, obtienen mejores resultados y terminan sus estudios en menor tiempo que los hombres. Sin embargo, su rendimiento académico no es reconocido en el mercado laboral, más bien lo contrario. Algunos de los datos que demuestran esta afirmación son:
- En el último curso (2018-2019), de los 1,3 millones de estudiantes universitarios, el 55% eran mujeres. Además, el 60% de los nuevos titulados también son mujeres.
- La nota media de admisión de las mujeres en selectividad es de un 8,89 frente al 8,57 de los hombres. Además, en las notas de corte, el 33% de las mujeres tiene una nota superior al 10 (sobre 14), frente al 27% de los hombres.
- El porcentaje de créditos superados de las mujeres es de un 81,8% adelantando en casi 10 puntos al de los hombres que está en el 72,5%.
- El 43% de las mujeres finalizan su titulación en el tiempo previsto o incluso antes. Esto supone casi el doble que los hombres (24%)
- El 60% de los hombres consigue un contrato indefinido 4 años después de graduarse. Tan solo el 46% de las mujeres universitarias consiguen lo mismo en el mismo periodo de tiempo.
- Las mujeres cobran una media de 2.624€ menos anuales que los hombres por desempeñar el mismo trabajo. Lo curioso de esta brecha salarial es que aumenta con el tiempo, es decir, en los primeros contratos la brecha salarial está en torno a 2.000€. En cambio, a medida que pasan los años, el salario de los hombres aumenta y el de las mujeres o no lo hace o lo hace muy ligeramente.
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Obligaciones
Con independencia de la legislación existente, debemos tener en cuenta la ética en todos nuestros ámbitos. Hacer lo correcto sin esperar a que la legislación te obligue es lo que marca la diferencia.
Ya que los datos continúan siendo devastadores para las mujeres, son muchos los países que están tomando medidas frente a la brecha salarial, que es lo que ahora nos atañe ya que la desigualdad de género afecta a todos los ámbitos cotidianos y laborales.
Islandia, Alemania o Reino Unido son algunos de los países que llevan poniendo en práctica iniciativas legislativas, como la auditoría salarial, para combatir dicha brecha entre el salario masculino y el femenino. No obstante, se debe hacer hincapié en que la auditoría sólo es una de las muchas medidas y, como siempre, hay que tener muy en cuenta todos los puntos para asegurar que la lleven a cabo entidades independientes, que se presente de forma clara y concisa, etc.
El Ministerio de Empleo Español ha puesto en marcha un plan que incluye este tipo de medidas. Además, el congreso va a tramitar una ley de igualdad retributiva donde las claves son:
- A partir de ahora, las empresas deberán expresar las características y los criterios que justifican la retribución de cada puesto de trabajo.
- Las empresas con más de 25 trabajadores deberán medir la masa salarial de ambos sexos, no pudiendo superar los 20 puntos porcentuales de la retribución de un sexo frente al otro ya que ello supondría que existe discriminación salarial.
- Asimismo, las empresas estarán obligadas a informar más. Los representantes de los trabajadores tendrán derecho a conocer, si así lo desean, el salario con todos los complementos de cada trabajador.
- Las empresas deberán implementar un registro de sueldos por categoría y sexo.
En definitiva, esta propuesta legislativa pretende acabar con la brecha salarial. Hombres y mujeres no podrán recibir salarios diferentes por un mismo trabajo.
Sin embargo, insistimos, si bien es cierto que la legislación debe ser justa, a falta de ella la moral y la ética deberían marcar nuestro camino.
Este artículo fue publicado por GenÉthico, lea el original aquí.
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