Por: GenÉthico
Para poder determinar cómo podemos cambiar la cultura de las organizaciones debemos definir previamente a qué nos referimos cuando hablamos en este concepto.
Cuando hablamos de “cultura de las organizaciones” hablamos de la personalidad de las empresas, el carácter de la organización. Se trata del ambiente que se respira en el lugar de trabajo. El conjunto de las formas de sentir, pensar y actuar que se comparten entre todos los miembros de la organización.
Desde GenÉthico, escuchan mucho la necesidad que tienen las empresas de una transformación cultural. Una transformación lo suficientemente potente como para poder alcanzar el modelo de negocio necesario y acorde para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Hacer de tu empresa actual una empresa que esté alineada con el proyecto de la Agenda 2030 y con lo que demanda en nuevo consumidor es una tarea compleja, pero…
¿Cómo saber si necesitamos cambiar la cultura de la empresa?
La mayoría de las empresas necesitan un cambio cultural que les permita adquirir una mayor adaptabilidad a los cambios constantes. Hemos visto como, tras la pandemia, la palabra resiliencia ha tomado protagonismo. Es decir, la capacidad que tenemos como personas de adaptarnos a las diferentes situaciones se ha hecho imprescindible.
Nos encaminamos hacia un modelo en el cual la única constante es el cambio, de ahí que nuestra resistencia y viabilidad como organizaciones esté directamente relacionada con superar esa resistencia al cambio que tenemos de forma casi innata.
¿Alguna vez se ha intentado implantar en tu empresa un nuevo modelo de CRM y la fuerte resistencia de los empleados lo ha hecho imposible? ¿Quizás la empresa ha intentado establecer una estrategia de innovación y tras meses de trabajo no ha podido implementarse? ¿O tal vez se han querido poner en marcha acciones de sostenibilidad y no han sido efectivas?
Si la respuesta a estas preguntas es sí, necesitas un cambio cultural.
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¿Por dónde empezamos? En 1 mes lo tenemos, ¿verdad?
Cuando el responsable de la organización ya sabe que necesitan un cambio en la empresa, lo primero que pregunta es ¿por dónde empezamos? ¿De abajo a arriba o de arriba a abajo? Además, una vez que el cliente toma la decisión quiere que la transformación sea rápida por lo que todos asumen que en un mes ya estará todo implantado y cambiado.
En primer lugar, ningún cambio sustancial se puede llevar a cabo en un mes. Estamos hablando de cambio en una organización. Las empresas como tal no existen, existen las personas que la forman. Presuponer que cada persona asimilará el conocimiento de la misma manera que el resto y que estará dispuesta a llevarlo a su aplicación práctica, es como echar una moneda al aire.
La transformación simultánea de todas las personas de la empresa es imposible. Los proyectos de transformación de la cultura empresarial duran mínimo 2 años. Durante este tiempo se realizan sesiones periódicas y se llevan a cabo muchas conversaciones grupales e individuales con todas las personas de la organización. Además, a lo largo de estos procesos, suele haber movimiento con respecto a los cargos. Esta tendencia a cambiar roles durante el proceso de transición es necesario para que se produzca dicho cambio de la cultura empresarial.
Es en esas primeras conversaciones con las personas de la organización donde se determina cuál es el principio, cuál es el lugar adecuado para empezar a trabajar el cambio de cultura.
Esto es algo que suelen hacer desde GenÉthico. No existen unos procesos mecanizados, estrictos e inamovibles cuyo paquete se puede estandarizar y vender a todos los clientes. Creen en la consultoría ética, justa, que prima la humanidad y la responsabilidad por encima de los extensos documentos de procesos que nadie lleva a la práctica.
El desarrollo sostenible y los objetivos marcados en la Agenda 2030 tienen un impacto muy grande en la cultura de las organizaciones. Para poder transformar el modelo empresarial debemos contar con la voluntad de todas las personas y, para ello, desarrollamos estrategias conjuntas con todos los miembros del equipo. Para trabajar la resistencia al cambio el mayor activo es ser parte de él.
Este artículo fue publicado por GenÉthico, lea el original aquí.
¿Tu organización es socialmente responsable y trabaja a favor de la sostenibilidad?