Cotemar opera en una de las zonas de mayor importancia por su biodiversidad en México. Ciudad del Carmen (Campeche), ubicada sobre la isla del mismo nombre, divide el Golfo de México de la Laguna de Términos, el estuario más grande del país, Área de Protección de Flora y Fauna, y declarada sitio Ramsar (humedal de importancia internacional). La empresa dedicada a la prestación de servicios relacionados con la industria petrolera ha mantenido siempre una estrecha relación con los ecosistemas y en los últimos años la ha fortalecido integrando metodologías internacionales, evidencia científica y alianzas estratégicas que permitan la conservación, la restauración y la gestión responsable del capital natural que la rodea.
Cotemar ha consolidado todas sus iniciativas en materia ambiental que van más allá del cumplimiento. Por ejemplo, la adopción de nuevas tecnologías encaminadas a proveer mayor eficiencia energética en su operación o consumir energías de origen renovable, trazan su Proyecto de Descarbonización y de esta manera contribuir a la lucha contra la crisis climática.
Por otro lado, desde mediados de 2023, ha fortalecido su papel para generar un impacto positivo en diversidad biológica que puede verse impactada por sus acciones. Lo que había comenzado hace diez años con la participación en programas de cuidado de anidamientos de tortugas marinas, ha evolucionado en iniciativas más consolidadas dirigidas a la conservación de esta especie, pero también de aves migratorias, y a la restauración de manglares, respaldadas con recursos financieros, humanos y técnicos.
Miguel Ángel Maruri, líder de Health, Safety, Environment and Quality (HSEQ) y Proyectos en Cotemar, explica a Valor Compartido que fue posteriormente a iniciar el Proyecto de Descarbonización cuando realizaron dos ejercicios de evaluación que les permitió también tener una Estrategia de Naturaleza y Biodiversidad.
Cotemar utilizó la Herramienta de Evaluación de Madurez relacionada con la Naturaleza (N-MAT, por sus siglas en ingles), y una evaluación de materialidad de impactos, dependencias, riesgos y oportunidades, aplicando la metodología ‘Localizar, Evaluar, Valorar, Preparar (LEAP)’, recomendada por el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras relacionadas con la Naturaleza (TNFD, por sus siglas en inglés).
Cotemar destinó 1.2 hectáreas junto a una de sus instalaciones como Área Destinada Voluntariamente a la Conservación
Ambos ejercicios permitieron a Cotemar descubrir que su trabajo previo en favor de especies y hábitats “había sido bueno, pero que debíamos impulsarlo aún más”, reconoce Maruri. Así, Cotemar ha desarrollado un plan que contempla la restauración ecológica de manglares para compensar emisiones de GEI de Alcance I; la integración de criterios de biodiversidad en la gestión operativa y de riesgos; y el fortalecimiento de capacidades internas para mitigar impactos, prevenir degradación y conservar especies protegidas.
La compañía cuenta entre sus instalaciones con un Patio de Almacenes y Mantenimiento ubicado en el km 10.5 de la carretera Carmen-Puerto Real. Este espacio de trabajo que suele reunir entre 800 y 1,000 trabajadores se ha convertido también en el corazón de la acción ecológica de Cotemar ya que cedió 1.2 hectáreas en este espacio como Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC).

Allí, Cotemar cuenta con un invernadero de mangles con los que ha reforestado y restaurado los manglares de alrededor. Esto, junto a medidas de mitigación del impacto ambiental de sus trabajos en el lugar, han permitido que proliferen aves, pero también reptiles, mamíferos, crustáceos y peces. Este aumento en la biodiversidad está siendo medido e inventariado conforme a la NOM-059-SEMARNAT-2010 y para ello destinan recursos tecnológicos como cámaras trampa y otros dispositivos de avistamiento.
Los empleados y sus familias participan también en este monitoreo en la ‘Semana de las Aves’, una de las acciones de educación ambiental que Cotemar desarrolla en ese espacio. Maruri explica que “primero se les enseña las especies que viven en la zona y luego a avistarlas y fotografiarlas”. De esta manera, y sumado a juegos y talleres, “aprenden la importancia de cuidar la Laguna de Términos como el hogar temporal de aves migratorias”.
Cotemar ha establecido la Política de Biodiversidad que abre nuevas acciones a favor de los ecosistemas
La capacitación de los colaboradores como parte de la estrategia de biodiversidad de Cotemar se extiende más allá de programas de educación interna. Históricamente han formado parte de las actividades medioambientales de la empresa. Los empleados se han sumado a limpieza de playas o manglares y, coordinados por la plataforma de voluntariado corporativo Voluntad Cotemar, cooperan en brigadas de protección de nidos y liberación de crías de tortugas dirigidas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Cotemar también toma en cuenta los intereses ecologistas de sus mismos colaboradores. Algunos de ellos, forman parte de organizaciones ecologistas y Cotemar las apoya. Tal es el caso de su alianza con el colectivo Isla Verde, explica Maruri, a la que han apoyado con actividades como la limpieza de la zona de La Caleta en Ciudad del Carmen.
Cotemar contribuye a las acciones a favor del medio ambiente de otras instituciones. A las ya mencionadas colaboraciones con la CONANP o con Isla Verde, también se suma el trabajo con la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR) que respalda científicamente los resultados de las iniciativas de la empresa como la evaluación del estado de salud de los manglares que rodean las instalaciones de la empresa.

Maruri subraya la formalidad que ha adquirido el compromiso de Cotemar con la biodiversidad que ha llevado a que la dirección de la empresa firmara la Política de Biodiversidad. Con ella, la empresa vincula la gestión responsable de la biodiversidad con la estrategia de negocio, y deberá transparentar los resultados de sus iniciativas mediante reportes e informes.
“Las tortugas como la lora, la verde o la carey que desovan en las playas de la Isla del Carmen son especies que se les llama especies clave o sombrilla porque su conservación beneficia a todo el ecosistema”, nos recuerda Maruri. Así como ayuda a la biodiversidad, las acciones de protección de anidamientos y liberación de crías de esta especie que emprendió Cotemar hace más de una década, fueron el detonante para que la empresa consolidara su papel como actor que puede generar un impacto positivo en la diversidad biológica.