Compartimos esta nota como colaboración con el Grupo de Acción Climática, un equipo interdisciplinario que busca impulsar la agenda hacia una mitigación y adaptación efectiva del cambio climático. Este proyecto es desarrollado por Mauro Accurso y si te gustó su contenido puedes suscribirte para recibirlo semanalmente en este enlace.
La reunión del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en Davos desbordó de noticias la agenda climática de la semana pasada.
Como para abrir la conversación, el Global Risks Report 2019 del WEF advirtió que la humanidad se encuentra «caminando sonámbula hacia la catástrofe» y resaltó la profunda interconexión entre los riesgos ambientales y la salud, el crecimiento económico y la seguridad.
El giro más positivo que trataron de darle al problema fue a través de una visión de Globalización 4.0 donde el planteo fundamental es «¿cómo salvar el planeta sin matar el crecimiento económico?», algo que sabemos no es realista más allá de algunas fórmulas interesantes para una economía carbono neutral.
A nivel político, desde WEF proponen «la construcción de una plataforma global pública y privada para la acción» climática y alcanzar un «nivel sin precedentes de colaboración e innovación, que involucre a muchos fuera del sector público» pero sin mayores detalles.
Y más allá de algunos paneles de debate de alto nivel entretenidos, la sensación que dejó la reunión es que la elite de Davos quiere mostrar buenas intenciones de salvar el mundo, pero sin cambiar nada en profundidad y sin comprender la urgencia del problema.
«Necesitamos más liderazgo y hoy no lo vemos en gobiernos ni en la industria sino en los jóvenes que entienden las consecuencias de la inacción», aseguró Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace.