Un estudio publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo, señala que en 16 países en guerra los niños menores de cinco años tienen 20 veces más probabilidades de morir a causa de enfermedades relacionadas con el agua insalubre y el saneamiento deficiente que por los avatares de la guerra.
«Las probabilidades (de supervivencia) están en contra de los niños que viven conflictos prolongados, donde muchos no pueden llegar a una fuente de agua segura», señaló la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
«La realidad es que hay más niños que mueren por falta de acceso a agua segura que por las balas», sentenció Fore.
UNICEF recordó que cientos de millones de jóvenes viven en zonas de guerra, y destacó que en la actualidad hay más países involucrados en conflictos internos e internacionales que en ningún otro momento de los últimos 30 años.
Ante esta realidad, los niños forman una de las partes más vulnerables y se cierne sobre ellos una multitud de amenazas relacionadas con la falta de agua potable, saneamiento y servicios de higiene.
Las soluciones que propone UNICEF para mejorar el acceso de los niños al agua potable se basan en tres objetivos:
- impedir los ataques contra los trabajadores y las infraestructuras de agua y saneamiento;
- crear un sector de agua, saneamiento e higiene universal de buena calidad y resistente a las emergencias;
- coordinar la respuesta humanitaria con el desarrollo de sistemas de agua y saneamiento sostenibles.
El estudio de UNICEF recopiló datos de Afganistán, Burkina Faso, Camerún, Chad, Etiopía, Iraq, Libia, Malí, Myanmar, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen.
Con información de Naciones Unidas