La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y ONU Medio Ambiente acordaron trabajar de manera conjunta para abordar la estrecha relación entre la movilidad humana, el cambio climático y el medio ambiente en Guatemala.
Ambas organizaciones anunciaron que en 2019 ejecutarán un proyecto en el país centroamericano para mejorar la integración de la protección ambiental en la respuesta humanitaria a los flujos migratorios, que se prevé aumenten en las próximas décadas a causa de factores como el cambio climático.
Guatemala es el punto de origen de miles de migrantes que cada año salen del país para buscar una nueva vida en México y Estados Unidos. A la vez, es lugar de tránsito para otros tantos miles que vienen desde el resto de Centroamérica o de Sudamérica. El proyecto de OIM y ONU Medio Ambiente buscará fortalecer las capacidades nacionales para atender estos fenómenos migratorios sin que se menoscabe el medio ambiente local.
La migración ha enriquecido a los países de la región a lo largo de décadas. Hay que gestionarla de forma adecuada para evitar sus impactos ambientales, que pueden exacerbarse cuando el paso de los migrantes se obstaculiza o cuando es necesario desplegar una respuesta humanitaria para atender las necesidades básicas de los migrantes, dijo Dan Stothart, coordinador regional de Desastres y Conflictos de ONU Medio Ambiente en América Latina y el Caribe.
Cabe señalar que «los factores ambientales han sido determinantes para la migración puesto que las personas se desplazan hacia otras comunidades o salen de sus países para sobrevivir a los desastres naturales, al deterioro de las condiciones ambientales o en busca de nuevas oportunidades».
«También reconocemos que la migración tiene un impacto en el medio ambiente y los recursos naturales», aseguró Jorge Peraza Breedy, Jefe de Misión de la OIM para El Salvador, Guatemala y Honduras.
Con información de ONU Noticias