Ante la crisis que está ocasionando el COVID-19, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta H. Fore, destacó que los niños son las «víctimas ocultas» de esta situación.
«Nos preocupan sus efectos a corto y largo plazo en su salud, bienestar, desarrollo y perspectivas. Su falta de acceso al agua y a los servicios de higiene. Como saben, lavarse las manos con jabón es fundamental en la lucha contra el COVID-19. Sin embargo, el 40% de la población mundial, o sea 3000 millones de personas, no tiene en casa una instalación para lavarse las manos con agua y jabón».
Asimismo, mostró su inquietud ante el masivo cierre de escuelas que afecta a más de la mitad de estudiante de todo el mundo en 120 países.
«Estos cierres no sólo limitan el acceso al aprendizaje, sino también la alimentación escolar y los programas de salud, agua potable e información adecuada», detalló.
Además, manifestó su preocupación ante la falta de protección ya que «sabemos, por anteriores emergencias sanitarias, que los niños corren un mayor riesgo de explotación, violencia y abuso cuando se cierran las escuelas, se pierden empleos y se restringe la circulación», y por su salud mental ya que muchos «no pueden hablar con sus amigos, participar en clase y disfrutar de los deportes».