Este término hace referencia a la forma en que cada empresa define y gestiona la sostenibilidad.
De acuerdo con el ‘Glosario sobre Responsabilidad Social para la investigación y el debate terminológico’ el término gestión sostenible se entiende como la capacidad de las empresas e instituciones en mejorar todas las formas de capital para crear valor para sus stakeholders, de forma que las empresas mejoren su desempeño, lo que requiere unos directivos con unas capacidades y conocimientos técnicos en la gestión empresarial para su aplicación por ejemplo en la gestión medioambiental de residuos, la gestión del agua o el desarrollo de energías limpias.
Del mismo modo, señalan que esta gestión requiere la implicación de la Dirección General de las compañías y la creación de departamentos y directivos que coordinen de manera integrada el desarrollo de estos recursos especializados en las áreas ligadas a la gestión sostenible, con la finalidad de buscar la eficiencia en todos los procesos. Requiere a su vez de la incorporación de nuevos valores empresariales que afectan a las organizaciones internamente, tanto a procesos como a las personas que la integran, como parte de la filosofía empresarial fundamentada en la sostenibilidad.
Las estrategias sostenibles son un factor de competitividad para las empresas que operan en mercados globales. Pero la gestión sostenible se ha convertido igualmente en una necesidad también para pequeñas y medianas empresas (PYME). Así, las oportunidades empresariales crecen en esta dirección en los próximos años para todo tipo de organizaciones.