El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señaló en un reporte que muchas empresas que pertenecen a las grandes industrias ya reconocen los problemas que provocan al medio ambiente y a la salud, por lo que están ansiosas por considerar la sostenibilidad como el nuevo “negocio”.
Las industrias más contaminantes son la energética, la textil, la agropecuaria y la minera, ya que durante sus procesos se utilizan carbón, gas y petróleo o se liberan gases que dejan una terrible huella ecológica; afectando tanto al medio ambiente como a la salud de los humanos. De ahí que los consumidores actualmente exigen un cambio cada vez mayor en las prácticas de producción de las industrias.
Las empresas productoras de energía y combustibles son las principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero totales. Por ejemplo, las plantas de combustión de carbón para la producción de electricidad continúan siendo las responsables de la mayoría de las emisiones de CO2, dióxido de sulfuro (SO2) y óxido de nitrógeno (NO) en la Unión Europea.
Por otro lado, la industria agropecuaria necesita una combinación de tecnologías, políticas y actividades, basada en principios económicos y consideraciones ecológicas, a fin de mantener o incrementar la producción agrícola en los niveles necesarios para satisfacer las necesidades de la población mundial, pero sin degradar el ambiente.
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Para tratar de evitar mayor contaminación, ya hay empresas que hacen uso de la biomasa en el proceso de combustión.
La biomasa es “un grupo de productos energéticos y materia prima de tipo renovable que se originan a partir de materia orgánica formada por vía biológica”. Es decir productos obtenidos por fotosíntesis, susceptibles de ser transformados en combustible útil para el hombre
Actualmente se busca innovar en el proceso y evitar el daño al planeta ya que la industria textil y mineras son las más contaminantes. Se busca regresar las producciones y a los productores originales, volver a la fuente donde el uso de recursos es muy local y mucho más sostenible. Optar por compras verdes o productivos con ecoetiquetas, jamás ha sido tan necesario como ahora.
Las empresas, optarán por realizar cambios a sus sistemas de producción según la demanda del consumidor y exigencia del mismo que van en aumento. En México, existe la Certificación de Responsabilidad para el Equilibrio Ambiental, CREA que galardona los procesos de producción, productos, servicios e instalaciones que alcancen la excelencia en la gestión de recursos naturales con los más altos estándares internacionales.
Los beneficios de esta certificación se ven reflejados en el ahorro directo en el consumo de energía y agua, el cual puede llegar a ser del 35% y 22% respectivamente, por lo que se obtiene un retorno de inversión en menos de seis meses, siendo así un ganar-ganar para empresas y el medio ambiente.
Este artículo fue publicado por Earthgonomic, lea el original aquí.
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