El incremento de los salarios a nivel mundial durante el año pasado decreció un 0,6% respecto al 2016, según apunta el último informe de la Organización Mundial del Trabajo sobre las remuneraciones a nivel global.
Dicho estudio destaca que el crecimiento de los sueldos pasó de un 2,4% en 2016 a un 1,8 % durante 2017, tras analizar los datos de 136 naciones. Se trata de la cifra más baja desde el año 2008 y está muy por debajo de los niveles previos a la crisis financiera..
También hace un nuevo cálculo respecto a cómo se mide la brecha salarial de género y cifra en una media de un 20% la diferencia de lo que reciben los hombres y mujeres.
Esta cifra se alcanzó tras la implantación de un nuevo cálculo “más preciso e innovador”, según Rosalía Vázquez-Álvarez, economista y especialista en salarios de la OIT.
“La medición era un poco brusca. Hemos refinado esta medición para dar otro tipo de medida”, destacó.
Otro punto del estudio precisa que la disparidad de sueldos es más elevada en el tramo superior de la escala salarial de los países avanzados, mientras que en los de ingresos bajos y medios se da entre los trabajadores peor remunerados, que es donde se encuentran la mayor parte de mujeres.
“Si miramos el mercado laboral de países en África o en América Latina, una gran cantidad de mujeres que participan en el mercado laboral están en esa parte de la distribución, que es la parte baja y donde la brecha es más alta”, explicó Vázquez-Álvarez.
Maternidad, discriminación, estereotipos
La economista destaca que datos “objetivamente determinantes” como la educación, la edad o la experiencia no son factores fundamentales.
“Lo que realmente determina la brecha salarial es la brecha por maternidad”, comenta la experta que añade que otro factor es “el hecho de que las mujeres tienden a participar en empresas donde hay una gran parte de plantilla femenina; donde sus salarios son más bajos, no necesariamente porque tengan un valor más bajo en su productividad, sino porque realmente son más bajos y aún no sabemos el por qué”.
Del mismo modo, Vázquez-Álvarez señaló que, además, persisten la discriminación, los estereotipos y las razones culturales en los bajos salarios de las mujeres, pese a haber alcanzado a los hombres en factores fundamentales, especialmente en la educación.
“Si no se puede explicar con factores objetivos, lo que tenemos que hacer es poner en práctica instrumentos de transparencia de salarios, así como instrumentos legales para combatir la brecha salarial a partir de lo que sería una base legal porque como hemos visto aún no hemos cerrado esa brecha”, finalizó.