Pablo Zulaica (Vitoria- Gasteiz) siempre tuvo una obsesión: El tren. Su padre tenía trenes miniaturas por toda la casa, no era raro ver a Pablo acercarse a las vías para poner monedas en los rieles. Llegó su Primera Comunión y el regalo de una cámara. Solo fotografiaba lo que más le gustaba: el tren.
Zulaica convirtió esta fijación en un modo de vida. Durante años recorrió el mundo, escribió sobre sus viajes subido a una locomotora y dio forma a Paisajeros, un compendio de 20 crónicas a través del cual el lector descubre costumbres, formas de vida y situaciones políticas de la India, América Latina, Estados Unidos, Europa y África.
Cuando comenzó a escribir Paisajeros ni siquera Zulaica sabía que sería un libro. Empezó a vender crónicas de sus viajes en tren a algunos medios, tanto nacionales como internacionales para costear sus idas y venidas. Fue después cuando se dio cuenta de que tenía material suficiente para formar algo más extenso, y nació Paisajeros.
Algunos de los viajes aquí narrados nacieron de elecciones personales y otros, en cambio, de circunstancias de la vida. Pero al final, solo el viaje físico termina, y Paisajeros, que se nutre de muchas idas y vueltas, se apoya en una verdad inevitable: antes de regresar a un sitio es necesario haberse ido.
Y empezó a viajar en tren
Con amigos, solo…y ya como periodista, y con otra concepción del mundo, entendí que detrás de los trenes había muchas historias detrás, que no solo eran hierros viejos. Historias sobre pasajeros, ferroviarios, pueblos que nacieron y murieron por el tren, comprendí el tren en sí como un modulador de paisajes, y me pregunté cómo vertebra a un país un ferrocarril.
Creemos que los trenes nacen para llevar a personas y no siempre es así, lo dice muy bien Elena Poniatowska, en su libro “El tren pasa primero” que el paso de las máquinas tiene, en México, una lógica extractora para sacar mineral. También es el caso de Bolivia, Chile, y Argentina con el grano…
Aunque pueda parecer contradictorio yo no soy un defensor a ultranza del tren. La mayoría de los ferrocarriles de larga distancia son deficitarios, y los rentables son cercanías que traen gente a trabajar todos los días. Hay muy pocas líneas estrictamente rentables, París- Lyon es una de ellas.
De los 15 a los 22 años escribía todos los días un diario, y aunque me daba un poco de hueva, mi adolescencia no era tan interesante, me sirvió para adquirir una metodología. Cuando me fui a vivir a Argentina fue cuando decidí abandonar el diario y escribir solo todos los días que viajo.
Un día, en la estación de Retiro, escuchó este periodista a unos ferroviarios que le contaron una historia que supo desde la primera frase que quería escribir.
_ En Paraguay usan aún locomotoras a vapor, no son de museo. Tomá el Gran Capitán hasta Posadas y luego cruzá el río.
Zulaica hizo caso a ese desconocido y después de más de 30 horas estaba en Paraguay dispuesto a escribir sobre el cierre de esa máquina a vapor (2012).
Me extrañó mucho que nadie hubiera escrito, una vez allí escuché historias de los ciudadanos de ambas cabeceras, Asunción y Encarnación y ahí me doy cuenta que es en estos dos lugares en donde viven los ferroviarios. Sin embargo, los pueblos por donde pasaba el tren se habían quedado vacíos, nadie vivía allí, estaban sepultados. Agarré una bicicleta, un mapa y recorrí toda la línea. Se trata de mi texto más personal y en el que más claro se ve qué pasa cuando ya no pasa el tren. Lo publiqué para un medio paraguayo y nunca cobré por ese texto.
Y en los pueblos sin trenes, cuando el progreso se fue, lo que quedó fue el orgullo.
Asia Oriental, el Transiberiano, Europa, India, América Latina y un poco de África son los lugares en los que este periodista escribió sus crónicas “narradas desde las butacas, el suelo, o el techo de los trenes, en primera clase, segunda clase y clase polizón”.
Los recorridos se encuentran en los mapas dibujados al inicio de cada capítulo.
Algunos ejemplos concretos de lo que el lector se puede encontrar son viajes por la Ruta de la Seda, el Transiberiano, El Chepe en México o varios sobre la India, lugar donde Pablo vivió también una larga temporada.
Un libro que sale publicado tras completar una campaña de crowfunding y que puedes encontrar en librerías Gandhi de cualquier lugar de México.