La Agencia de la ONU para los Refugiados hizo un llamamiento a la acción internacional concertada y a la solidaridad para garantizar un acceso equitativo a las vacunas COVID-19, incluyendo a las personas refugiadas, a otras personas desplazadas por la fuerza y apátridas.
Para ACNUR es satisfactorio saber que 153 Estados hayan adoptado estrategias de vacunación que incluyen a las personas refugiadas. Sin embargo, en muchas partes del mundo, la inmunización sigue siendo un reto, en gran parte debido a la desigual disponibilidad de vacunas y a la capacidad de los sistemas sanitarios.
“Los flagrantes desequilibrios observados en el reparto de vacunas entre los Estados son contraproducentes y cortos de miras. Un enfoque de ‘mi país primero’ no puede funcionar en una pandemia que no conoce fronteras”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
Vacunar a las personas refugiadas en igualdad de condiciones
Hasta la fecha, unos 20 países han comenzado a vacunar a las personas refugiadas en igualdad de condiciones que los ciudadanos. Entre los ejemplos más recientes se encuentran Serbia y Nepal, que se suman a otros Estados, como Ruanda y Jordania.
“Elogiamos a estos países por su dedicación y liderazgo ejemplares. Al incluir a las personas refugiadas en su distribución de vacunas, mitigan los riesgos asociados a la exclusión y la discriminación”, dijo Grandi. Estos riesgos van desde las consecuencias para la situación general de la salud pública hasta el acceso limitado a los servicios o la restricción de la libertad de movimiento.
ACNUR sigue comprometido con los principios de asignación de la iniciativa COVAX, el esfuerzo mundial para garantizar que las vacunas COVID-19 lleguen a los más necesitados.
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Alrededor del 85% de los refugiados del mundo son acogidos en países de ingresos bajos y medios, que se enfrentan a problemas financieros y a sistemas sanitarios frágiles. Estas naciones, que siguen acogiendo generosamente al grueso de los refugiados, necesitan más apoyo para atender las necesidades sanitarias urgentes tanto de sus nacionales como de los refugiados, incluso con las vacunas COVID-19.
ACNUR ha estado trabajando estrechamente con los gobiernos, las autoridades sanitarias nacionales y otros socios para ayudar a hacer frente a los devastadores impactos de la COVID-19.
También ha integrado la mayor parte de sus planes de respuesta a la COVID-19 en su llamamiento mundial para 2021, pero necesita urgentemente 455 millones de dólares adicionales para satisfacer las necesidades complementarias. La agencia ha recibido contribuciones y promesas de contribuciones que suman sólo el 13% de lo solicitado para el llamamiento COVID-19.
Con información de ACNUR.
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