Las políticas de inclusión laboral en la región requieren una perspectiva estratégica e integral, que involucre también los ámbitos educativo, productivo, fiscal, social y ambiental, por nombrar algunos, coincidieron participantes en el Tercer Seminario Regional de Desarrollo Social: Promover la inclusión laboral como una forma de superar las desigualdades y la informalidad en América Latina y el Caribe realizado entre el 27 y el 29 de junio de 2023 en la sede central de la CEPAL en Santiago de Chile.
“No será posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción, y viceversa. Son dos caras de la misma moneda”, indicó, en este sentido, José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la apertura del evento celebrado en formato híbrido y organizado en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, la Cooperación Alemana y la Fundación Ford.
La inclusión laboral se compone de dos fases sucesivas y complementarias: la inserción laboral y las condiciones del trabajo al que se accede, según se explicó durante el encuentro que reunió a representantes de gobierno de 22 países de América Latina y el Caribe, incluyendo 10 Ministras y Ministros del Trabajo, y que contó en promedio con 800 personas conectadas en línea diariamente.
El desafío en la región es transitar desde la inserción laboral a la inclusión laboral
“El desafío en la región es transitar desde la inserción laboral a la inclusión laboral”, resumió el director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL, Alberto Arenas de Mesa.
Según las últimas estadísticas de la CEPAL y la OIT, la tasa de desocupación en América Latina y el Caribe fue de 7% en 2022. Es decir, 93% de la fuerza de trabajo regional está inserta en el mercado laboral. “El problema es que 50% de los ocupados trabajan informalmente, un 40% recibe un salario inferior al mínimo y 1 de cada 5 se encuentra en situación de pobreza”, subrayó.
Las políticas de inclusión laboral enfrentan y reducen la informalidad y la desigualdad y, por tanto, deberían estar en el centro de las estrategias de desarrollo social inclusivo y sostenible en la región, remarcó el alto funcionario, quien participó en un conversatorio de clausura del evento con ex Directores de la División de Desarrollo Social, entre ellos, Andras Uthoff; Martín Hopenhayn (virtual) y Laís Abramo.
Los mercados laborales están viviendo una crisis en cámara lenta en la región, contextualizó Arenas de Mesa. Según datos de la CEPAL, la pandemia de COVID-19 desencadenó la mayor crisis que han experimentado los mercados laborales de América Latina y el Caribe desde 1950.
En 2020, la creación de empleo cayó 8.2%, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años y, entre 2014 y 2023, la tasa de crecimiento del número de ocupados será de solo 1.26%, en comparación con un 3.2% en la década perdida de 1980.
Además, en la región persisten diferentes barreras de entrada al mercado laboral: una de cada dos mujeres continúa fuera del mercado laboral, la participación laboral de los jóvenes es sustantivamente menor a la de los adultos y la de las mujeres indígenas es considerablemente menor que la de los hombres y la de las mujeres no indígenas, por nombrar algunos ejemplos.
Esto se suma al hecho de que los mercados laborales están viviendo un período de alta incertidumbre, según se destacó durante el evento, ya que los cambios tecnológicos están generando una dinámica de transformación, destrucción y creación de puestos de trabajo.
De acuerdo con los datos de la CEPAL, 28.4% de las ocupaciones tienen un alto riesgo de automatización en la región. Se estima, asimismo, que un 31.3% de las y los trabajadores se encuentra subcalificado para la ocupación en que se desempeñan. Este descalce de competencias amenaza con profundizarse en el contexto del futuro del trabajo. En este marco, los Ministerios del Trabajo son centrales para implementar y articular políticas de inclusión laboral, por lo que resulta prioritario fortalecer la institucionalidad pública laboral en los países de la región.
Se requiere, según la CEPAL, fortalecer las capacidades prospectivas de los Ministerios del Trabajo (para anticipar escenarios futuros), así como sus capacidades de planificación estratégica; de diálogo, liderazgo y negociación; de gestión (para articular distintos sectores y niveles de gobierno y asignar de manera eficiente los recursos disponibles); y de evaluación y rendición de cuentas.
No obstante, apuntó Arenas de Mesa, en América Latina y el Caribe se gasta aproximadamente un 0.4% del producto interno bruto (PIB) en políticas laborales. Para garantizar la sostenibilidad de las políticas de inclusión laboral se necesita un pacto social amplio y transversal, concluyó.
Durante los tres días del encuentro, que contó con seis paneles temáticos, un conversatorio y charlas magistrales dictadas por especialistas de renombre mundial, se abordaron en profundidad temas como la informalidad laboral, el trabajo infantil, la inclusión laboral de la juventud, el presente y futuro del trabajo, el desarrollo de habilidades para la inclusión laboral y la articulación entre políticas laborales y de protección social.
Con información de CEPAL.
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