La discriminación hace referencia a cualquier acto o comportamiento que tiene por objeto o resultado la violación de los derechos humanos fundamentales que todas las personas disfrutan en pie de igualdad, según ONUSIDA.
Día de la Cero Discriminación
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 1 de marzo como el Día para la Cero Discriminación, el cual constituye un llamamiento para promover y celebrar el derecho de cada persona a vivir una vida plena con dignidad, independientemente de su aspecto, sexo, edad, religión, lugar de procedencia, condición social, opiniones, raza, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, lengua, condición médica o cualquier otro motivo.
El principal objetivo de este día, es frenar los actos de discriminación que se pueden estar presentando en colegios, lugares de trabajo, centros de salud, comunidades y un largo etcétera.
Cada vez que se produce el rechazo hacia un individuo o un grupo de ellos, se está debilitando la cohesión social, se está retrasando el desarrollo de las comunidades, se puede estar atentando contra la vida de todos.
Dado que esta celebración está promovida e impulsada por ONUSIDA, en los casos de personas con VIH el miedo a la discriminación hace que estas personas prefieran no tratar la enfermedad para pasar desapercibidas, lo que les conducen inevitablemente a la muerte temprana y a la propagación de la epidemia del sida.
La discriminación no solo afecta a individuos o a grupos de personas discriminados, sino que nos hace daño a todos, como, por ejemplo:
- Limitar el acceso a la educación de las niñas y las mujeres jóvenes no solo les perjudica a ellas, sino que además evita que las sociedades se beneficien de una fuente de talentos más amplia.
- Discriminar a las personas por motivos raciales causa sufrimiento individual y debilita la cohesión social.
Por su parte, ONUSIDA propone medidas concretas que las personas, las organizaciones de la sociedad civil, los parlamentarios y las organizaciones donantes pueden adoptar para modificar las leyes discriminatorias.
La discriminación puede impactar en la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, cada vez que relegamos de sus acciones a las poblaciones que se encuentran en mayor riesgo de exclusión y vulnerabilidad.
Sin embargo, existen objetivos específicos para atender desigualdades de índole social y económica. Por ejemplo, se encuentran los ODS 5 y 10 que directamente abordan la desigualdad o discriminación por género. Otros podrían abordar la no discriminación, como el 3 (Salud y Bienestar), 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles), y 12 de (Producción y Consumo Responsables).
Despenalizar salva vidas
En el Día de la Cero Discriminación de este año, bajo el lema “Despenalizar salva vidas”, ONUSIDA pone de manifiesto cómo la despenalización de los grupos de población clave y de las personas que viven con el VIH salva vidas y contribuye a avanzar hacia el fin de la pandemia del sida.
Las leyes penales que tienen como destinatarios a los grupos de población clave y a las personas que viven con el VIH violan sus derechos humanos, acentúan el estigma al que se enfrentan y les ponen en peligro al crear obstáculos al apoyo y a los servicios que necesitan para proteger su salud.
En 2021, se fijaron ambiciosos objetivos globales de reforma legislativa para derogar las leyes penales que debilitan la respuesta al VIH y dejan atrás a los grupos de población clave. Al reconocer que la despenalización es un elemento esencial en esta respuesta, los países se comprometieron a que, para 2025, menos del 10% de ellos tuvieran marcos legales y normativos de penalización que afectaran a la respuesta al VIH.
Sin embargo, y a pesar de que se han producido algunas reformas esperanzadoras, el mundo está lejos de alcanzar este objetivo. De hecho, según ONUSIDA, hoy en día existen 134 países que penalizan explícitamente o persiguen de algún otro modo la exposición, ocultación o transmisión del VIH; 20 que penalizan o persiguen a las personas transgénero; 153 que penalizan al menos un aspecto del trabajo sexual; y 67 que actualmente penalizan relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Además, 48 países siguen imponiendo restricciones de entrada en su territorio a las personas que viven con el VIH y 53 informan de que exigen la realización de pruebas del VIH para, por ejemplo, obtener certificados de matrimonio o para ejercer determinadas profesiones. Por su parte, 106 países declaran que para que los adolescentes puedan acceder a las pruebas del VIH se requiere el consentimiento paterno.
La penalización impulsa la discriminación y las desigualdades estructurales. Arrebata a las personas la esperanza de disfrutar de una vida sana y plena. Y retrasa el fin del sida.
Con información de ONUSIDA e Igualab.
¿Tu organización es socialmente responsable y trabaja a favor de la sostenibilidad?