Este “ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse” ha de ser defendido hoy en día con más fuerza que nunca.
Sin embargo, pese a los considerables avances logrados desde hace más de medio siglo, sigue presente, en el día a día, la pobreza y las desigualdades, la violencia del racismo, las discriminaciones. Eso representa una vulneración masiva e inaceptable de los derechos fundamentales en todo el mundo.
De acuerdo con Naciones Unidas, «el respeto de los derechos no es un compromiso abstracto definido en una carta, es una lucha cotidiana, y para librarla es preciso renovar cada día los medios concretos».
Como se afirma en el preámbulo, “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. La Declaración nos faculta a todos a defender nuestros propios derechos humanos y los de los demás.
“Los derechos humanos están atacados y violados en todo el mundo”, dijo Giancarlo Summa, director del Centro de Información de las Naciones Unidas para México (CINU México). “La forma de defender los derechos humanos en primer lugar es conocerles”.