El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció el pasado 2 de diciembre su apoyo a México en el desarrollo de una política y sistema nacional de cuidados para contribuir a cerrar las brechas de género en las tareas de cuidado y en la participación laboral, e impulsar el desarrollo económico del país. El BID trabajará de manera cercana con el gobierno federal en tres ejes, para mejorar el desarrollo y bienestar de los niños y niñas, personas con discapacidad, personas mayores con dependencia funcional y de las personas cuidadoras, que son en su mayoría mujeres.
Primero, apoyar el diseño y la implementación del Sistema Nacional de Cuidados, ayudando a identificar brechas de servicios y definir prioridades. Segundo, expandir la oferta de servicios de cuidado y de servicios para las personas cuidadoras, incluyendo el desarrollo de un programa de formación y certificación para cuidadores de personas mayores. Y tercero, fortalecer la capacidad institucional de la recién creada Secretaría de las Mujeres.
Las mujeres de la región son responsables del 71% de las horas destinadas al cuidado de los demás y el 77% de las horas destinadas a tareas del hogar no remuneradas
El BID expresó su compromiso de ser un socio estratégico del Gobierno durante el evento ‘El momento de los cuidados: impulsar el crecimiento y reducir la desigualdad en México y la región’, realizado el pasado 2 de diciembre en Ciudad de México en colaboración con la Secretaría de las Mujeres, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) y la Alianza Global por los Cuidados.
“Para el BID es prioritario abordar la atención de los cuidados de forma holística porque constituye un reto cada vez más relevante para impulsar el desarrollo económico y reducir la desigualdad, sobre todo de género”, expresó Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. “Por eso estamos comprometidos en apoyar al gobierno de México a crear un sistema articulado que atienda las necesidades tanto de las personas que requieren de cuidados como de las personas cuidadoras”, enfatizó.
El BID cuenta con una sólida experiencia operativa, técnica y de conocimiento apoyando a gobiernos en la región en el diseño e implementación de sistemas y políticas de cuidados. A través de recursos de cooperación técnica, el BID ha apoyado a México en el desarrollo e implementación de una intervención de mentoría-entrenamiento para mejorar la calidad de las interacciones entre cuidadoras y niños en los centros de cuidado del IMSS. También ha contribuido en el diseño, implementación y evaluación del primer centro de día para adultos con dependencia funcional, gestionado por el IMSS. Igualmente, está apoyando la formación y certificación de cuidadores de personas mayores con dependencia, en un esfuerzo liderado por el Instituto Nacional de Geriatría.
En el evento, el BID presentó algunas conclusiones de su nueva publicación ‘Ampliar las Oportunidades: políticas de igualdad de género e inclusión’, la cual destaca la necesidad de abordar el tema de los cuidados con una mirada sistémica. Además, recalca la necesidad de asegurar la calidad del empleo de las personas cuidadoras como elemento fundamental para la calidad de los cuidados y el bienestar de las personas que los reciben.
Según la publicación, en promedio, las mujeres de la región son responsables del 71% de las horas destinadas al cuidado de los demás y el 77% de las horas destinadas a tareas del hogar no remuneradas, limitando su participación en el empleo, la educación o la recreación. Las personas cuidadoras son en su mayoría mujeres, y en especial mujeres indígenas, afrodescendientes o de bajos recursos.
Según el estudio, los sistemas de cuidados integrales en la región deben ampliar la cobertura de servicios de cuidado infantil de calidad, ampliar el horario de la jornada escolar con actividades extracurriculares, y expandir el menú de opciones de cuidados para las personas mayores.
Para lograr la igualdad de género, los países deben contribuir a redistribuir la responsabilidad de los cuidados de una manera más equitativa para generar eliminar las barreras que impiden que las mujeres aprovechen plenamente las oportunidades laborales y educativas. La demanda creciente de cuidados no sólo es una barrera para el desarrollo económico y un potencial catalizador de la desigualdad, sino que es una oportunidad para el crecimiento económico sostenible.
Según la publicación, si el trabajo de cuidado no remunerado fuera pagado, representaría el 9% del PIB anual mundial. En el caso de México, fue el 26.3% del PIB en 2021.
La construcción de un sistema de cuidados en la región requiere inversiones de los sectores público y privado, que se estiman en 1%-3% del PIB en la mayoría de los países. Estas inversiones generan retornos en bienestar de personas que brindan y reciben cuidados y en impulsar el crecimiento económico al reducir las brechas de género en la participación laboral.
*Comunicado de prensa