La Asamblea General de la ONU adoptó una resolución en la que declara el acceso a un medio ambiente sano y limpio como un derecho humano universal y llama a los Estados, las organizaciones internacionales y las empresas a redoblar los esfuerzos para conseguir un entorno saludable para todos.
Impulsado por más de un centenar de países, el texto obtuvo 161 votos a favor y ocho abstenciones, estipulando que el derecho a un medio ambiente sano está relacionado con el derecho internacional vigente y afirmando que su promoción requiere la plena aplicación de los acuerdos ambientales multilaterales.
La resolución también reconoce que el impacto del cambio climático, el manejo y uso insostenible de los recursos naturales, la contaminación del aire, la tierra y el agua, el manejo inadecuado de productos químicos y desechos, y la consiguiente pérdida de biodiversidad interfieren con el disfrute de este derecho.
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Asimismo, señala que el daño ambiental tiene implicaciones negativas, tanto directas como indirectas, para el goce efectivo de todos los derechos humanos.
El Secretario General António Guterres destacó con beneplácito el carácter histórico de la resolución y aseveró que demuestra que los países pueden unirse en la lucha colectiva contra la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
“La comunidad internacional ha dado reconocimiento universal a este derecho y nos ha acercado a hacerlo realidad para todos. La resolución ayudará a reducir las injusticias ambientales, cerrar las brechas de protección y empoderar a las personas, especialmente a las que se encuentran en situaciones vulnerables, incluidos los defensores de los derechos humanos ambientales, los niños, los jóvenes, las mujeres y los pueblos indígenas”, declaró Guterres.
Causa y efecto
Las consecuencias del cambio climático son cada vez más evidentes, a través del aumento de la intensidad y gravedad de las sequías, la escasez de agua, los incendios forestales, la subida del nivel del mar, las inundaciones, el deshielo de los polos, las tormentas catastróficas y la disminución de la biodiversidad.
Mientras tanto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire es la mayor causa de enfermedad y muerte prematura en el mundo, con más de siete millones de personas que mueren prematuramente cada año debido a la contaminación.
Por último, el declive o la desaparición de la diversidad biológica -que incluye animales, plantas y ecosistemas- repercute en el suministro de alimentos, el acceso al agua potable y la vida tal como la conocemos.
Con información de la ONU.
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