Por: Caleb Palma
Alimento Para Todos
El aumento del precio de los alimentos no solo se siente en los hogares mexicanos, sino también en los bancos de alimentos de todo el país que buscan ayudar a los menos afortunados.
Los bancos de alimentos obtienen sus alimentos de múltiples maneras, incluso comprándolos ellos mismos, por lo que el aumento de los precios representan un desafío. Cada vez es más frecuente que alimentos que por lo general habrían sido donados por grandes distribuidores, ahora deben comprarse mientras que de forma simultánea los precios continúan al alza. En cierta forma, los bancos de alimentos y otras organizaciones de asistencia alimentaria también deben competir con los supermercados y otros minoristas que buscan mantener sus tiendas abastecidas.
En México, el año pasado cerró con cifras de inflación correspondientes a un porcentaje de 7.82, el nivel más alto en dos décadas, además, Fueron los precios de los alimentos de la canasta básica los que más influyeron en este histórico récord inflacionario.
Según un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad, las personas más pobres destinan una fracción mayor de sus ingresos a la compra de alimentos, los cuales registraron un aumento de más de 14% al cierre de 2022. En consecuencia, la inflación para los hogares con un ingreso promedio de $3,313 pesos al mes se situó en 9,7%, mayor a la generalizada y, mientras que los hogares con ingresos mayores experimentan una inflación menor.
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Lo anterior ha devenido en un constante aumento de la demanda para bancos de alimentos y una oferta de donativos menos abundante. Esto, aunado a la inflación que continúa en aumento forma parte de una tormenta perfecta que afecta a las Instituciones que brindan asistencia alimentaria así como a sus beneficiarios. Lo más preocupante en este momento son las grietas cada vez más profundas sobre la base de nuestra economía que hacen que sea más difícil que nunca para los hogares de más bajos ingresos sobrellevar las dificultades económicas.
Sin embargo, la inflación es uno de varios factores que impulsan el aumento de la demanda de servicios de bancos de alimentos en el país. La erosión de los empleos bien remunerados en combinación con el crecimiento de los trabajos de bajo salario y de la “gig economy”, los recortes gubernamentales a los programas sociales y la falta de vivienda asequible también contribuyen a la pobreza y la inseguridad alimentaria.
Cuando los ingresos no son suficientes para pagar la vivienda, la atención médica ni el transporte, la categoría en la cual más frecuentemente se pide ayuda es con la comida. Es mucho más difícil obtener asistencia para pagar el alquiler, comprar combustible o conseguir un nuevo trabajo.
En Alimento Para Todos este fin de año que terminó ha sido uno de las más desafiantes, ya que la necesidad en la comunidad es tan alta como lo fue durante los peores momentos de la pandemia. Cada donativo cuenta y especialmente ahora la solidaridad es la única esperanza para miles de hogares que se enfrentan al desbordado aumento en el costo de vida. Puedes realizar un donativo una sola vez, o bien, programar un donativo recurrente para ayudarnos a continuar contribuyendo a la alimentación digna de las poblaciones vulnerables aquí.
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