Por: Earthgonomic
Los transportes alternativos buscan resolver las problemáticas de la contaminación y del tráfico a vuelta de rueda. Su característica primordial es que son ecológicos, respecto a los medios convencionales porque son opciones personalizadas para cubrir distancias cortas o medias sin añadir al tráfico que daña al medio ambiente.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México durante 1950, poco menos de 43% de la población vivía en localidades urbanas, en 1990 era de 71% y para 2010, esta cifra aumentó a casi 78%. Luego, entre 2017 y 2019 la cantidad de vehículos en el Valle de México se elevó a casi 12 millones de automóviles de los más de 30 millones circulando en todo el país.
Además, el Instituto Mexicano para la Competitividad señala que la máxima velocidad de esos 12 millones de coches de la CDMX es apenas de seis kilómetros por hora durante el horario pico. Esta congestión de tráfico se está dando en gran parte del mundo y todo indica que seguirá agravándose, constituyendo un peligro para la calidad de vida de las personas.
Por eso la promesa de estos transportes alternativos es lograr un sistema de transporte sostenible gracias a la micromovilidad, la movilidad compartida y la movilidad sustentable. Bicicletas, patines y motocicletas eléctricas, se ha convertido en una opción contra a los tradicionales vehículos automotor (principalmente el automóvil particular) con el fin de moverse más rápidamente, reducir la contaminación y hacer más sustentable la calidad de vida.
Movilidad eficiente como tendencia global
Esta tendencia global hacia la movilidad eficiente se conoce en inglés popularmente como «last-mile trips» o viajes de último kilómetro para alcanzar los destinos que usualmente son inalcanzables usando transporte público o vehículo particular como la puerta del supermercado, la del trabajo, la de la escuela, la del espacio de recreación o la de la casa de algún amigo o familiar.
Gracias a la innovación tecnológica es posible llegar a la micromovilidad sin que las personas tengan un vehículo propio. Con dispositivos como apps de celular, boletos electrónicos o tarjetas de prepago y movilidad integrada pueden rentar el uso de bicicletas o patines eléctricos sólo por el tiempo que las usen.
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Karina Licea, especialista en movilidad, dijo para el diario El Universal, que es necesario llevar estos servicios de micromovilidad a regiones poco favorecidas de las ciudades e incluso el gobierno debe pensar en subsidiar este tipo de transporte.
La Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México ha estado trabajando en la regulación de bicicletas sin anclaje y scooters, para tener un mejor servicio y mayor seguridad de los servicios de transporte alternativo.
Estas alternativas de movilidad, además de mitigar el daño a la calidad del aire, regulan otro tipo de contaminación ambiental, como la visual y auditiva generando ciudades más sustentables.
Este artículo fue publicado por Earthgonomic, lea el original aquí.
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