La salud de las personas es un tema complejo no solo por tratarlas sino también por los insumos utilizados durante alguna condición. En países como Venezuela, conseguir algún tipo de insumo a veces es complicado por la situación política que atraviesa.
Desde que se propagó la pandemia del coronavirus, los guantes y cubrebocas son indispensables en el día a día de todas las personas alrededor del mundo, los hospitales tienen más afluencia que antes, pero ¿qué pasa con los desechos que se generan?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula «que de todos los residuos generados por las actividades de atención sanitaria, aproximadamente un 85% son desechos comunes, exentos de peligro. El 15% restante se considera material peligroso que puede ser infeccioso, tóxico o radiactivo«.
Los desechos y subproductos se clasifican también por tipo, entre los que se encuentran:
- Desechos infecciosos: desechos contaminados con sangre u otros fluidos corporales (por ejemplo, a partir de muestras de diagnóstico desechadas), cultivos o cepas de agentes infecciosos procedentes de actividades de laboratorio (por ejemplo, desechos relacionados con autopsias o animales de laboratorio infectados, o desechos relacionados con pacientes ingresados en salas de aislamiento y equipo conexo (por ejemplo, hisopos, vendajes e instrumental médico desechable).
- Desechos anatomopatológicos: tejidos, órganos o fluidos humanos, partes corporales y cadáveres de animales.
- Objetos punzocortantes: jeringas, agujas, bisturíes y cuchillas desechables, etc.
- Productos químicos: por ejemplo, disolventes utilizados para preparados de laboratorio, desinfectantes, y metales pesados contenidos en los dispositivos médicos (por ejemplo, mercurio en termómetros rotos) y baterías.
- Productos farmacéuticos: vacunas y medicamentos caducados, no utilizados o contaminados.
- Desechos genotóxicos: desechos muy peligrosos, mutágenos, teratógenos o cancerígenos, como los medicamentos citotóxicos utilizados para tratar el cáncer, así como sus metabolitos.
- Desechos radioactivos: entre otros, productos contaminados con radionucleidos, por ejemplo material radiactivo de diagnóstico o radioterapia.
- Desechos no peligrosos o desechos comunes: desechos que no entrañan ningún peligro biológico, químico, radiactivo o físico particular.
Todos los desechos sanitarios proceden básicamente de hospitales y otros establecimientos asistenciales; laboratorios y centros de investigación; centros donde se practican autopsias y se prestan servicios mortuorios; laboratorios de investigación y pruebas con animales; bancos de sangre y centros de donación; residencias de ancianos; y por último y debido a la pandemia, de las casas.
La OMS afirma que «los países de ingresos elevados generan en promedio hasta 0,5 kg de desechos peligrosos por cama hospitalaria y día, mientras que en los de ingresos bajos ese promedio ronda los 0,2 kg». Cabe resaltar que en los países de ingresos bajos los desechos sanitarios peligrosos no se separan del resto de residuos, de modo que en la práctica su cantidad es mucho mayor.
Estos desechos son un riesgo para la salud porque contienen microorganismos que pueden ser dañinos e infectar a los demás pacientes (en caso de hospitales), a personal sanitario y a la población en general.
Se calcula que cada año se aplican en el mundo 16,000 millones de inyecciones. Pero no todas las agujas y jeringas se eliminan correctamente, lo que entraña un riesgo de lesión o infección, además de propiciar su reutilización. «El riesgo de infección por el Virus de Hepatitis B, el Virus de Hepatitis C y el VIH es del 30%, el 1,8% y el 0,3%, respectivamente«, afirma la OMS.
Impacto ambiental de los desechos sanitarios
El tratamiento y la evacuación de desechos sanitarios puede entrañar riesgos indirectos para la salud, a través de la liberación al medio de patógenos y contaminantes tóxicos.
- Si no están bien construidos, los vertederos pueden contaminar el agua de bebida. Además, todas las instalaciones de evacuación de desechos indebidamente diseñadas, gestionadas o mantenidas entrañan riesgos ocupacionales.
- Si se someten a incineración productos que contienen cloro, estos pueden liberar dioxinas y furanos, sustancias que son cancerígenas para el ser humano y han sido asociadas a diversos efectos perjudiciales para la salud. La incineración de metales pesados o productos con alto contenido metálico (en particular, de plomo, mercurio y cadmio) puede provocar la dispersión en el medio de metales tóxicos.
- Solo las incineradoras modernas que operan a temperaturas de entre 850 y 1100 °C y cuentan con un sistema especial de depuración de gases pueden cumplir las normas internacionales de emisiones por lo que respecta a dioxinas y furanos.
Hoy en día existen soluciones alternativas a la incineración, como la esterilización en autoclave o por microondas, el tratamiento por vapor combinado con agitación de los materiales tratados o el tratamiento químico.
La falta de consciencia de los peligros que los desechos sanitarios pueden entrañar para la salud, la deficiente capacitación en gestión de desechos, la ausencia de sistemas de gestión y evacuación de residuos, la escasez de recursos humanos y económicos y la poca prioridad otorgada a esta cuestión figuran entre los problemas más frecuentemente asociados a los desechos sanitarios. Por otro lado, hay muchos países que carecen de una reglamentación adecuada en la materia o que, aun teniéndola, no la hacen cumplir.
Desechos por COVID-19
Cerca del 75% del plástico generado por la pandemia de COVID-19 como mascarillas, guantes y botellas de desinfectante para manos se convertirá en desechos que llegarána vertederos y mares, con un grave costo para el medio ambiente y la economía, alertó este lunes en un comunicado la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Aunque las medidas de confinamiento alrededor del mundo han generado una dramática caída del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de los desechos plásticos que ya se ven en calles, playas y el océano está teniendo un impacto negativo en la naturaleza.
Para lograr una mejora a largo plazo y de carácter universal es indispensable el compromiso de los poderes públicos y de las personas en general, para esto es necesario adoptar medidas inmediatas a escala local y ser mas conscientes del planeta que habitamos.
Con información de la OMS.
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