Una nueva nota técnica de la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe destaca que es fundamental comprender los efectos específicos de la pandemia en los mercados laborales rurales, ya que enfrentan desafíos y dinámicas distintas a los entornos urbanos.
La publicación Panorama de la recuperación laboral postpandemia en la economía rural de América Latina , dice que “los mercados laborales rurales representan un componente vital de la economía, con una importante participación de trabajadores involucrados en actividades esenciales como la agricultura y el procesamiento de alimentos”.
El análisis técnico, coordinado por Efraín Quicaña y Waltteri Katajamaki de la OIT y elaborado por Werner Gárate, analiza la evolución del mercado laboral antes, durante y después de la pandemia en diez países de la región. El documento recuerda que la crisis generada por la pandemia ha tenido un impacto significativo en los mercados laborales de América Latina, tanto urbanos como rurales.
La Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe destaca en una nueva Nota Técnica la lenta recuperación de los mercados laborales rurales en comparación con los urbanos
Durante las etapas iniciales, los principales indicadores laborales, como las tasas de ocupación, participación y desocupación experimentaron un deterioro más pronunciado en las áreas urbanas en comparación con las rurales.
Sin embargo, a medida que la actividad económica ha ido retornando a la normalidad, se ha observado una recuperación más rápida en los entornos urbanos, mientras que los mercados laborales rurales enfrentan desafíos adicionales para recuperarse plenamente.
En el segundo trimestre de 2022, la tasa de ocupación en las zonas urbanas aumentó en un 0.3% respecto a los niveles previos a la pandemia, mientras que en las áreas rurales aún se registra un rezago de -1.2%, de acuerdo con los datos disponibles de las encuestas de hogares de 10 países de la región.
Por su parte, las tasas de participación son inferiores a los valores prepandemia en ambas áreas, pero el área rural muestra un rezago más pronunciado de -2.0% frente al -1.2% en las áreas urbanas.
Además, aunque la tasa de desocupación disminuyó en ambos casos, el área urbana experimentó una mayor reducción del 16.3%, en comparación con el 15.1% en el área rural.
El sector agropecuario emplea alrededor del 53% de la población ocupada en zonas rurales y es considerado esencial para la producción de alimentos y la seguridad alimentaria.
El análisis se divide en cuatro capítulos que abordan la evolución de las tasas de ocupación, participación y desocupación, la evolución del empleo según características sociodemográficas, la evolución del empleo según características de la inserción laboral y las características de la ocupación informal en los mercados laborales rurales.
El informe resalta la importancia de implementar medidas específicas para apoyar a las comunidades rurales, fortalecer la resiliencia económica y reducir las brechas de desarrollo entre áreas urbanas y rurales. Se enfatiza la necesidad de políticas de trabajo decente y desarrollo productivo que aborden los desafíos específicos de los mercados laborales rurales y promuevan una recuperación inclusiva y sostenible en la región.
Con información de la OIT.
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