En todo el mundo, en tierra y en los océanos, las poblaciones de plantas, animales e insectos que han decrecido drásticamente han provocado temores de que el planeta Tierra esté entrando en su sexta extinción en masa, con consecuencias catastróficas tanto para las personas como para la naturaleza.
Se estima que 1 millón de los 8 millones de especies del mundo están en peligro de extinción. Los servicios esenciales que brindan los ecosistemas en favor del bienestar humano, como el suministro de alimentos y agua dulce y la protección contra desastres y enfermedades, han perdido su eficacia en gran parte de los casos.
Pero la esperanza no se pierde. En el marco del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, se están realizando esfuerzos para recuperar los hábitats terrestres y marinos maltratados, desde montañas y manglares hasta bosques y tierras de cultivo.
Además de proporcionar beneficios vitales para las personas, los ecosistemas restaurados sirven de refugio para gran parte de las especies en peligro de extinción. A continuación se presenta una lista de seis mamíferos, reptiles y aves bajo amenaza que han ido alejándose del borde de la extinción gracias a las iniciativas de restauración.
Seis mamíferos, reptiles y aves bajo amenaza que han ido alejándose del borde de la extinción
El saiga
Los saigas son una especie de antílope del tamaño de una cabra con una nariz cómicamente grande; existió una época en la que conquistaron por millones de ejemplares los pastizales desde Europa hasta China. Sin embargo, la caza excesiva, la pérdida de sus hábitats y sus rutas migratorias, y los brotes de enfermedades los han reducido a poblaciones escasas y aisladas en Kazajistán, Mongolia y Rusia.
Los gorilas
Estando restringidos a solo dos bosques neblinosos en África central, la población de gorilas de montaña en estado silvestre solamente asciende a 1,000 individuos. Sin embargo, esa cifra representa un incremento constante desde los años 80, así como una recompensa bien merecida por las labores persistentes de protección y restauración que, a su vez, están generando ingresos por concepto de turismo sostenible para las autoridades y comunidades de las áreas protegidas.
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El jaguar
La población de jaguares más austral del mundo deambula por la región del Alto Paraná de la Selva Atlántica, a ambos lados de las fronteras entre Argentina, Brasil y Paraguay. En este caso, la reducción de la deforestación y la restauración de miles de hectáreas de antiguas tierras forestales han ayudado a la población de jaguares a incrementarse en un 160% desde 2005.
Los dugongos
Los dugongos comparten similitudes con los delfines, especialmente su apariencia amigable y su preferencia por las aguas poco profundas, las cuales no se alejan mucho de los cuentos de sirenas. Desafortunadamente, gran parte de su alguna vez extendida población ha desaparecido debido a la caza furtiva, el enredo en los aparejos de pesca y la pérdida de la hierba marina de la que se alimentan. Por fortuna, las iniciativas de restauración y protección en curso en sus últimos hábitats conocidos (Australia, Mozambique y el Golfo Arábigo) ofrecen la esperanza de que el único mamífero herbívoro del océano pueda escapar de la extinción.
Las culebras corredoras
Los esfuerzos de restauración han logrado despejar numerosas islas de depredadores invasores, desplazando sus ecosistemas hacia un estado natural; lo cual ha permitido que la población de culebras corredoras ahora ascienda a más de 1,100 individuos repartidos en cuatro lugares. Por si fuera poco, esta iniciativa ha permitido igualmente que las colonias de aves en las islas se hayan recuperado de manera extraordinaria gracias a la eliminación de depredadores.
Los Avetoros
El auge de los avetoros ha permitido volver a escucharles en los lagos y cañaverales de diversos humedales de Inglaterra, incluyendo espacios otrora utilizados como minas de carbón y pozos de grava convertidos en reservas naturales. Sin duda se trata de un cambio radical para un pájaro que hace 20 años estaba al borde de la extinción en el Reino Unido.
Los ecosistemas sanos y biodiversos sustentan la vida en la Tierra. A pesar de los beneficios y valores que la naturaleza nos proporciona a los seres humanos, la biodiversidad sigue deteriorándose en todo el mundo y se prevé que este declive empeore hasta llegar a las consecuencias de las que se ha advertido desde hace décadas.
Con información del PNUMA.
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