Por: Caleb Palma
Alimento Para Todos
El ascenso de las organizaciones no gubernamentales en el escenario del desarrollo internacional durante las últimas tres décadas está bien documentado. El Banco Mundial informa que casi el 90 % de los proyectos actualmente financiados involucran la participación de una ONG u otra organización de la sociedad civil, en comparación con solo el 21% en 1990 y, según la OCDE, más del 20% de todos los flujos de ayuda bilateral se distribuyen a través de una ONG.
Este surgimiento se ha visto impulsado por la suposición, a menudo implícita, de que los actores privados, incluidas las organizaciones privadas sin fines de lucro, son efectivos para expandir la participación a través de una sociedad civil sólida, brindando servicios cuando los gobiernos nacionales carecen de suficientes recursos o voluntad política, y reduciendo pobreza global a través de métodos democráticos y basados en el mercado.
APT tiene la convicción de que las comunidades organizadas tienen el potencial para desarrollar sus propios arreglos institucionales internos
En el día a día, esto se expresa a través de programas y acciones que despliega la Sociedad Civil Organizada para reducir las carencias en torno al desarrollo de nuestras ciudades; en el caso de Alimento Para Todos, lo anterior implica una estrecha colaboración con grupos y comunidades cuyo principal objetivo es abordar las problemáticas de los grupos vulnerables y marginados.
Esta colaboración ayuda a remover las barreras que dichos grupos enfrentan para poder acceder a una alimentación digna, además, la entrega de alimentos a través de organizaciones de primera línea tiene el potencial de enfatizar la conveniencia que los grupos vulnerables necesitan así como la dignificación de los procedimientos de asistencia alimentaria.
La asociación de organizaciones e instituciones descentralizadas influye en los esfuerzos de la comunidad sobre la gobernanza alimentaria de diversas formas. Estas alianzas son importantes porque respaldan los esfuerzos locales al ofrecer acceso de bajo costo a alimentos nutritivos y facilitan el intercambio de información entre actores locales y expertos técnicos para ayudar a resolver los desafíos que se presentan. Además, las asociaciones aportan experiencia y pericia, conocimientos técnicos, mano de obra y otros recursos.
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En Alimento Para Todos existe la convicción de que las comunidades organizadas tienen el potencial para desarrollar sus propios arreglos institucionales internos y así regular, monitorear y hacer cumplir la asistencia y entrega de alimentos. En este sentido, la Institución no afecta las estructuras de las comunidades a las que sirve, sino que facilita el proceso de toma de decisiones al alentar y movilizar a las comunidades para que tomen decisiones más informadas.
Alimento Para Todos despliega sus intervenciones de la mano de las comunidades organizadas con la certeza de que los proyectos y actividades basados en la comunidad tienen el potencial de producir impactos sociales significativos, ya que llevan a una mayor participación y confianza entre sus propios miembros.
A partir de este modelo de asistencia fue posible llegar a más de 116,000 personas tan sólo el año pasado así como entregar más de 1,000,000 de paquetes alimenticios. Gracias a comunidades, grupos organizados y organizaciones de primera línea es posible reimaginar y diseñar un sistema alimentario que funcione para todos.
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