Casi 20 millones de personas más sufrieron crisis alimentarias en 2020 a causa de los conflictos armados, la pandemia de COVID-19 y el clima extremo y la perspectiva para este año vuelve a ser sombría, según un informe de la Red mundial contra las crisis alimentarias.
Esta alianza internacional de las Naciones Unidas, la Unión Europea y otros organismos advierte que la inseguridad alimentaria aguda lleva aumentando de forma incesante desde 2017, el año en el que publicaron su primer informe.
La crisis alimentaria se agravó por la COVID-19
«Los conflictos y el hambre se refuerzan mutuamente. Hemos de combatir el hambre y los conflictos juntos para resolver cada uno de estos problemas…Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para terminar con este círculo vicioso«, afirma el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en el informe.
La inseguridad alimentaria aguda, que se define como la incapacidad de una persona de consumir alimentos suficientes poniendo su vida o sus medios de subsistencia en peligro inmediato, afectó al menos a 155 millones de personas el año pasado.
Dos de cada tres personas afectadas por crisis alimentarias el año pasado estaban en África, pero tampoco se han librado otras partes del mundo, como Yemen, Afganistán, Siria y Haití, que se encontraban entre los diez países que sufrieron la peor crisis alimentaria el año pasado
En Centroamérica y Haití, más de 11,8 millones de personas están en nivel de crisis alimentaria o superior. El informe dice que Venezuela no está incluida por falta de pruebas, pero los datos sugieren que, en 2020, la situación empeoró respecto a año anterior cuando 9.3 millones de venezolanos, un 32% de la población necesitaban asistencia alimentaria con urgencia.
Con información de la ONU.
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