La nación no está sola frente a este problema. La gestión de residuos es un desafío global, aunque las tasas de reciclaje ya superen el 50% en algunos lugares del mundo como Alemania o Corea del Sur.
De acuerdo con Naciones Unidas, en todo el planeta desperdiciamos un tercio de los alimentos que producimos y los tiramos para que se pudran junto a plásticos, papel y metal, recursos que podrían reutilizarse o reciclarse.
«Todo este desperdicio no solo contribuye al agotamiento de recursos cada vez más escasos en el planeta, sino que también impulsa el cambio climático, ya que el metano emitido por los vertederos potencia el calentamiento global».
Sin embargo, en Jordania, la ciudad costera de Áqaba está comenzando a aplicar enfoques circulares a través la reducción del desperdicio y la transformación de los residuos en un activo, en lugar de una carga. Esta política además está creando empleos en comunidades vulnerables, un argumento comercial para los enfoques eficientes en recursos.
La ciudad, popular por sus aguas cristalinas y arrecifes de coral, produce 150 toneladas de desechos sólidos por día.
Con el apoyo de la Unión Europea (UE) y ONU Medio Ambiente, a través del Programa SWITCH Med de la UE, la Asociación de Energía, Agua y Medio Ambiente de Jordania ha trabajado con 15 hoteles y 17 restaurantes para auditar sus residuos y encontrar formas de reducir su impacto.
Hoteles de alto nivel como InterContinental Aqaba Resort, Movenpick Aqaba, Double Tree by Hilton y Kempinski Aqaba se involucraron en el proyecto.
«Como hotel, nos beneficiamos enormemente del proyecto porque comprendimos la cantidad de residuos que producimos y qué porcentaje es orgánico y sólido», dijo Adbulla Radaideh, ingeniero jefe del complejo Intercontinental Aqaba. «Ahora tenemos objetivos para minimizar nuestra producción de residuos», explicó.
El proyecto capacitó al personal en prácticas de gestión de residuos y preparó planes para que las empresas participantes disminuyeran los desechos que iban a parar al vertedero en 25%.
Las reducciones provinieron de medidas simples, como la revisión de menús, una mejor gestión de alimentos -lo que incluye aprovechar primero los ingredientes por vencerse y usar platos más pequeños en los bufés -, así como el reciclaje de metales y plásticos.
Ahora, la ciudad está considerando incentivos para que más empresas se involucren. Actualmente, los hoteles pagan un impuesto fijo por la recolección de residuos en función de su área construida. La Autoridad de la Zona Económica Especial de Áqaba está dispuesta a reducir las tarifas de recolección para los hoteles que mejor manejan sus residuos.
«Tenemos la posibilidad de aplicar un modelo de desarrollo sostenible en Áqaba que, en última instancia, sería útil para todos, ya sea el gobierno o la comunidad local. Los hoteles pueden beneficiarse del incentivo y los residuos pueden utilizarse como fertilizante. Es una situación de ganar-ganar”, dijo Hotaf Yassein, Jefe de la División de Economía Verde de la Autoridad de la Zona Económica Especial de Áqaba.
El proyecto también proporciona medios de vida, con un enfoque especial en el empoderamiento de las mujeres, al capacitar a la comunidad local en el suprareciclaje (el proceso de transformación de los desechos en productos más valiosos). Las mujeres de Áqaba y el área circundante aprendieron cómo producir artesanías a partir de desechos, como candelabros hechos con latas defectuosas. Esto aumenta los ingresos y reduce aún más los residuos enviados al vertedero.
Este artículo es parte de una serie de historias publicadas en el Informe Anual 2018 de ONU Medio Ambiente.