Desde hace tiempo, hablar de diversidad e inclusión se ha convertido en una necesidad en el mundo corporativo. Promover estos valores resulta fundamental para mejorar las condiciones de trabajo de nuestros colaboradores y así lograr que nuevos talentos sean captados y motivados.
Dichos conceptos se apegan a la misión, estrategias y prácticas de una empresa, de manera que, bien aplicados, generan una ventaja comercial competitiva. ¿Qué entendemos por cada uno de estos conceptos en el ámbito empresarial?
La diversidad se refiere a la capacidad de las organizaciones para entender, valorar y aceptar la diferencia entre personas, ya sea en cuanto a raza, género, etnia, religión, discapacidad, orientación sexual u otros factores más intangibles, como personalidad o formación.
Inclusión, por otro lado, promueve un entorno respetuoso, capaz de abrazar estas diferencias, eliminar cualquier forma de discriminación y promover la participación de todos sus integrantes.
Según la definición de la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET), para que pueda existir inclusión, es indispensable que en los espacios de trabajo se creen condiciones favorables para la integración de personas en distintas situaciones de vulnerabilidad. De esta manera, se garantiza el acceso igualitario a la permanencia, remuneración y oportunidades de ascenso en el empleo.
Diversidad de la fuerza laboral en las organizaciones, ¿por qué es importante?
Las empresas que se ocupan de crear entornos de trabajo diversos se caracterizan por ser más creativas, adaptables, responder mejor a las crisis y convertirse en auténticos imanes para el talento, indica Engen Capital.
Al respecto, se ha encontrado que el 56% de las empresas que han promovido espacios diversos han logrado así contribuir a la innovación, con lo cual obtienen una ventaja competitiva en su mercado.
¿Cómo se miden la diversidad e inclusión laboral?
La diversidad de la fuerza laboral en las organizaciones responde a factores que parecerían muy variados, ajenos a los valores de inclusión. Un ejemplo notable que incide en diversidad de un espacio laboral es trabajar bajo un enfoque de creatividad e innovación.
En congruencia con lo anterior, los indicadores que mayormente reflejan un entorno inclusivo son: la productividad (77%), el comportamiento moral de los colaboradores (67%) y los niveles de rotación de personal (58%).
Para promover la diversidad y la inclusión en nuestro espacio laboral, existen algunas estrategias efectivas que nos ayudarán, tales como:
- Trato justo hacia el personal.
- Definición de políticas antidiscriminatorias, metas e indicadores para monitorearlas.
- Representación de la diversidad en todos los niveles de la empresa.
- Acceso equitativo a las oportunidades.
- Creación de estrategias de trabajo colaborativo.
- Respeto y aceptación por las creencias y prácticas religiosas.
- Capacitación en temas relacionados con la diversidad.
- Designación de un alto ejecutivo a cargo de liderar el programa de diversidad e inclusión.
La diversidad laboral funciona como un catalizador para el crecimiento organizacional. Por eso, es importante promover la creación de ambientes inclusivos desde nuestra labor y entre las empresas con las que se labora.
Comunicado de prensa.