Por: Caleb Palma
Alimento Para Todos
La inseguridad alimentaria es un problema costoso, con consecuencias de alcance profundo y sus efectos se extienden más allá de las poblaciones vulnerables. Dos de las formas principales en que los países industrializados abordan la inseguridad alimentaria son las medidas de respuesta a la pobreza incluyendo subsidios gubernamentales o asistencia alimentaria.
Durante las últimas tres décadas México experimentó una transformación política que reestructuró nuestro sistema económico y en cierto grado la estructura política así como el aparato institucional del Estado. Mientras estos cambios ocurrían, las organizaciones del tercer sector comenzaron a involucrarse en brindar atención y servicios a las personas en necesidad.
Alimento Para Todos considera que las perspectivas enfocadas en los derechos humanos tienen el potencial de abordar el impacto de la acción o inacción gubernamental, incluyendo las causas estructurales, no sólo los síntomas, de las inequidades sociales.
El derecho a la comida se encuentra establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; artículo 25.1: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”. Este derecho también se menciona en el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, tratado internacional firmado por México.
En el marco de la discusión sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) existe un sentido de urgencia implícito por abordar la inseguridad alimentaria. La mitigación del desperdicio de alimentos es el marco contemporáneo utilizado por el modelo de bancos de alimentos; pues aborda el ODS 2 “Hambre cero” y el 12.3 “De aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per capita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha”.
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Existen importantes impactos económicos, ambientales y sociales por el excedente y desperdicio de alimentos. Además, es necesario garantizar sistemas alimentarios sostenibles para preservar la seguridad alimentaria. Una de las soluciones más sólidas es entonces la prevención, es decir, la reducción del excedente de alimentos desde su origen mediante cambios holísticos en el sistema alimentario.
Estamos convencidos de que reformular y enfocar la discusión en torno a la inseguridad alimentaria para abordar retos más amplios que nos permitan garantizar los derechos humanos y el desarrollo sostenible con el fin de propiciar una sociedad equitativa y próspera, tendrá impactos mucho más amplios que limitar la discusión a la redistribución del desperdicio de alimentos.
De esta manera, Alimento Para Todos ha emprendido una serie de intervenciones y programas que buscan lidiar con otros aspectos que influyen en los derechos y la calidad de vida de las personas. La estrategia Institucional está principalmente inspirada en el objetivo de hacer tangible el derecho humano a una alimentación adecuada y a ser libre del hambre, de manera complementaria , implementamos programas de apoyo a la educación, desarrollo comunitario, prevención (salud), además, buscamos la constante expansión del alcance e impacto de la asistencia en nuestros beneficiarios.
En última instancia, el impacto de la inseguridad alimentaria lo resiente el individuo, el sistema de salud y toda la sociedad. Creemos que parar poder proteger el derecho fundamental a la dignidad es necesario superar la pobreza por completo. Proteger y aprovechar la comida es un punto de partida en esta dirección, sin embargo, es necesario identificar las oportunidades del esfuerzo coordinado y colaborativo para establecer sistemas de respuesta a los determinantes de la inseguridad alimentaria y la pobreza tomando en cuenta la experiencia, el entusiasmo y el compromiso del tercer sector, así como las voces de quienes han ganado experiencia.
¿Tu organización es socialmente responsable y trabaja a favor de la sostenibilidad?
