Los cambios que necesitamos son enormes, el tiempo es corto
Por: Erik Lundberg, embajador de Finlandia en Kenia, Somalia, Uganda, Seychelles y representante permanente ante el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y ONU-Hábitat.
Nuestro planeta y la humanidad se enfrentan a tres desafíos sin precedentes, que se refuerzan mutuamente: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el uso excesivo de recursos naturales críticos.
En el último año, hemos visto intensas olas de calor e intensos incendios en Europa, Estados Unidos y Japón que causan enormes pérdidas y daños económicos.
En África y Asia, los ciclones tropicales y los tifones mataron a más de mil personas y devastaron las vidas de decenas de millones más. En África oriental, las sequías son cada vez más severas, las lluvias más intensas. Somalia está al borde de la hambruna debido a la sequía.
También somos testigos de la pérdida extrema de vidas en ambientes naturales. En 2019, más de 27,000 especies están en peligro de extinción.
Nuestro modelo económico actual depende excesivamente del uso insostenible de los recursos naturales. Según las Naciones Unidas, la extracción y el procesamiento de los recursos naturales es la causa de la mitad de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y del 80 al 90 por ciento de la pérdida de biodiversidad.
Sólo el nueve por ciento de los materiales hechos por el hombre permanecen en circulación.
El tiempo se acaba. Necesitamos una respuesta coordinada, integral y rápida a estos desafíos. No podemos continuar con nuestros modelos tradicionales de economía y consumo. No hay planeta B.
Finlandia está lista para tomar medidas, pero ningún país puede lograr resultados sostenibles por sí mismos.
El nuevo gobierno de Finlandia ha establecido el desafío del cambio climático como el punto de partida de su programa de gobierno.
La ambiciosa y más verde agenda gubernamental pretende alcanzar la neutralidad de carbono para 2035, convirtiéndose en la primera sociedad de bienestar libre de fósiles del mundo.
Finlandia también apunta a detener la pérdida de biodiversidad e intensificar los esfuerzos para la transición a una economía circular. Somos el primer país del mundo en incorporar la Agenda 2030 en nuestro presupuesto estatal de 2019, con recursos asignados para la neutralidad de carbono y el uso inteligente de los recursos naturales, y los principales impuestos que contribuyen al desarrollo sostenible.
El presupuesto estatal es, en nuestra opinión, una herramienta muy poderosa para implementar la Agenda 2030.
Finlandia también tiene fuertes mecanismos de coordinación intersectorial entre diferentes ministerios, así como otros grupos de interés ambiental.
Sin embargo, ningún país puede enfrentar con éxito estos desafíos globales por sí solo.
Necesitamos trabajar juntos para encontrar soluciones integrales y efectivas. Necesitamos aumentar la cooperación, tanto a nivel nacional como internacional. Necesitamos involucrar a la sociedad civil, la academia, las empresas y los gobiernos.
Finlandia ha pedido constantemente la mejora de lo que llamamos la “gobernanza ambiental internacional”.
Los esfuerzos de reforma anteriores y sistemáticos han tenido como objetivo mejorar la coherencia, la coordinación y la eficacia, con la reunión de Río + 20 en 2012 como un hito clave.
Los esfuerzos de reforma se han centrado específicamente en 1) la gobernanza, la financiación y el funcionamiento del entorno de las Naciones Unidas, y 2) la mejora de las sinergias entre los acuerdos ambientales multilaterales.
La reforma más significativa hasta ahora ha sido la transformación del consejo de gobierno de 58 miembros de la ONU para el Medio Ambiente en la Asamblea Universal de la ONU para el Medio Ambiente , llevando a los líderes políticos de todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas a la misma mesa para discutir nuestra agenda ambiental común.
A pesar de sus éxitos, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sigue siendo un organismo joven de las Naciones Unidas y necesita un mayor fortalecimiento para que pueda ocupar el lugar que le corresponde en el sistema de las Naciones Unidas.
A partir de hoy, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente toma decisiones sobre el trabajo de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
En su lugar, debería brindar orientación estratégica a los Estados miembros y al sistema internacional de gobernanza ambiental para aumentar el interés político en la agenda ambiental, y para motivar y garantizar la acción política tanto dentro de las Naciones Unidas como a nivel nacional.
En su cuarta reunión en marzo de 2019, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente decidió establecer un proceso de revisión dirigido por los Estados miembros de sus órganos rectores, que culminará en decisiones en la Quinta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en 2021.
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