El pasado 30 de marzo el Gobierno de México solicitó el cese de actividades laborales no esenciales con el fin de detener los contagios por COVID-19 que se pueden dar en centros de trabajo o en los desplazamientos. ¿Cómo es el día a día de los colaboradores de servicios considerados como esenciales? ¿Cómo afrontan laboral y anímicamente esta situación?
En Valor Compartido Podcast entrevistamos a Homero Ramírez, coordinador de seguridad y medio ambiente de Iberdrola México. Él nos relata cómo el objetivo es que el virus no entre en las plantas generadoras de electricidad, pero tampoco llegue a los hogares de los colaboradores que día a día trabajan en que la empresa siga aportando el 20% del suministro eléctrico del país.
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“Con esto de que la gente están en sus hogares podemos imaginar que hay más demanda y también que en caso de que se incrementen los afectados, los hospitales requerirán energía”, señala Ramírez quien no oculta que este propósito de seguir funcionando al cien para que nada falle se suma a la preocupación “normal” ente los colaboradores ante las noticias de la pandemia.
Iberdrola cuenta con presencia en varios países, unos con afectaciones más temprana que otros. “Compartimos nuestras medidas y sus resultados en un grupo de prácticas global para hacer frente al COVID-19”. Igualmente apuntó que la empresa cuenta con plan de pandemias que ya fue puesto en práctica en 2009 con el repunte del H1N1 en México y que han podido adaptar para tener una rápida respuesta al coronavirus.
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