Dice Marie Kondo, la gurú mundial de la organización, que si ordenas tus cosas en casa, ordenarás tu vida. Nadie pone en duda el poder sanador que tiene la sensación de ver tu hogar limpio, con cada objeto en su lugar: una batalla ganada, un logro personal; sin embargo, las formas de llegar al orden pueden ser muy distintas.
Si bien esta empresaria japonesa enfatiza en la necesidad de agradecer a los objetos por lo que nos ayudaron y después tirarlos, es momento de replantearse otra perspectiva: arreglarlos, darles una nueva utilidad o regalarlos a alguien más. No te pedimos que te conviertas en un acumulador, pero sí, replantear lo que un objeto utilitario puede ofrecer.
Estas son algunas recomendaciones que presenta Veolia, referente internacional en el manejo de residuos, agua y energía, que te pueden ayudar a dar otra oportunidad a lo que ya no usas, te aburrió, pasó de moda o está roto.
Cómo y qué reutilizar
- Reutiliza tejidos para diseñar nuevas prendas o accesorios, por ejemplo, una camiseta puede transformarse en una bolsa (así evitas el plástico), o una blusa en una pashmina.
- No compres trapos de limpieza: camisetas, blusas de franela y hasta calcetines en desuso, te ayudarán a mantener fuera el polvo.
- Si tus hijos han dejado la ropa casi nueva, puedes donarla a pequeños que lo requieran. De igual forma, si tienes ropa (en buen estado) de adultos, hay albergues para gente de la tercera edad que te lo agradecerán.
- Cajas de cartón, madera y metal son fuente inagotable de inspiración. Con un poco de pintura, cinta adhesiva, botones o piedras de colores, se pueden convertir en joyeros, alcancías, libreros, mesas, casas de muñecas, juguetes, carros y hasta naves espaciales. Reinventarlas será un pasatiempo en la cuarentena.
- Ante lo contaminante de las bolsas de plástico, las cajas de cartón son opción para guardar hojas, pasto o desechos de jardines y árboles.
- Cajas o botes de metal funcionan como contenedores de recuerdos (cápsulas del tiempo) o para esconder cosas como llaves o monedas, en el jardín propio.
- Ya que todo mundo recomienda comprar frascos de cristal en lugar de los de plástico, puedes ser aún más amigable con el planeta al reutilizarlos como especieros, lapiceros, floreros, contenedor de conservas y hasta molde para llevar comida.
- Si eres coleccionista de películas, discos y libros, haz un análisis de los que deseas conservar y obsequia el resto a organizaciones, bibliotecas, casas de cultura o escuelas públicas. Le alegrarás la vida a alguien.
- ¿Tienes un museo de aparatos eléctricos? Es posible reciclarlos y es urgente hacerlo, ya que anualmente la Organización de las Naciones Unidas estima que se producen 50 millones de toneladas de residuos electrónicos y eléctricos. Si aún funciona el aparato que quieres desechar, piensa si lo puedes donar a alguien más. Si está inservible, no lo tires, mejor localiza un centro de reciclaje electrónico en tu ciudad. Tomarse el tiempo para llevarlo a cabo puede representar un gran avance para salvar al planeta.
Cuando hayas finalizado con el periodo de reciclaje o eliminación de objetos que no uses, tendrás frente a ti más espacio y la oportunidad de darle un nuevo e inspirador aspecto a ese lugar especial.
*Comunicado de prensa
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