La semana pasada, en el Congreso de la Ciudad de México, la diputada Alessandra Rojo del Partido Verde Ecologista (PVEM) propuso en tribuna sancionar con una multa de entre 2 mil 534 pesos y 25 mil 347, a quien tire colillas de cigarro en la vía pública, áreas comunes, parques y barrancas.
Se trata de una reforma a la Ley de Residuos Sólidos de la Ciudad de México. Esta multa por tirar colillas en la calle no solo se aplicará a los fumadores, ya que también se prevén obligaciones para establecimientos mercantiles y para las oficinas de gobierno.
La propuesta del Partido Verde señala que los establecimientos mercantiles y las oficinas de gobierno deberán colocar contenedores para depositar las colillas en el exterior o en lugares destinados para fumar.
#EnTribuna | Sancionar con una multa de 20 a 200 veces la
— Congreso de la Ciudad de México (@Congreso_CdMex) September 3, 2019
Unidad de Cuenta de la #CDMX ($2,534 a $25,347) a quien arroje o tire colillas de cigarro en la vía pública, áreas comunes, parques y barrancas, plantea iniciativa de la diputada @AlessandraRdlv (PVEM). pic.twitter.com/GCwG8YPE08
Es importante señalar que la Encuesta Nacional de Adicciones reveló que en México hay cerca de 17 millones de fumadores y cada uno de ellos consume aproximadamente 125 cajetillas de cigarros al año, que equivalen a dos mil 540 piezas de ese producto
¿Por qué multas «tan altas»?
La legisladora explicó que cada año en nuestro país se producen más o menos 5 mil millones de colillas de cigarro, de las cuales el 59% quedan esparcidas en la calle generando un foco de contaminación bastante preocupante.
Un daño importante al medio ambiente
Tan sólo una colilla de cigarro tarda de dos a 10 años en degradarse. Cabe destacar que además del tiempo que tarda, de acuerdo con expertos ambientales, lo que más influye es la toxicidad que las colillas de cigarro van acumulando durante los años.
Para empezar, los filtros están hechos con acetato de celulosa, un elemento que por sí solo tarda más de 100 años en degradarse de manera natural.
El objetivo principal de las colillas es filtrar y acumular los componentes de tabaco. Esto quiere decir que una vez en el suelo, la colilla seguirá absorbiendo todos aquellos químicos nocivos con los que se tope en las calles. ¡NO! Esto no es bueno, las colillas van siendo arrastradas hacia las alcantarillas y es cuando éstas se mezclan con el agua cuando los problemas con la fauna comienzan a aparecer.
Actualmente las colillas de cigarro representan entre el 30% y 40% de los objetos recogidos en las playas. Cuando un filtro llega a los ríos y mares, y hace contacto con el agua, todos los residuos peligrosos son soltados.
Hay que destacar que si un animal marino consume agua que estuvo contaminada por colillas, puede contraer enfermedades e inclusive morir.
Ambientalistas señalan que esto también sucede con los animales en el exterior, comúnmente los pájaros confunden las colillas con comida y se tragan miles de componentes químicos que pueden matarlos en cuestión de un par de horas.