Por: Gloria Lara, directora nacional del programa TransformaRSE
Actualmente la pobreza se mide por ingreso personal, el cual mayormente es inferior a 1,25 dólares de los Estados Unidos, de acuerdo a lo reportado por la ONU, y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, en el mundo existen 122 mujeres, entre los 25 y 34 años, viviendo en extrema pobreza por cada 100 hombres del mismo grupo de edades.
En síntesis lo que explica el primer Objetivo del Desarrollo Sostenible, es que se pretende es impulsar y poner en práctica sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos, incluidos niveles mínimos, y para 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de las tierras y otros bienes, la herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías apropiadas y los servicios financieros, incluida la microfinanciación.
La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles, es un problema de derechos humanos, entre sus manifestaciones de la pobreza figuran el hambre, la malnutrición, la falta de vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud.
También se encuentran la discriminación y la exclusión social, que incluye la ausencia de la participación de los pobres en la adopción de decisiones, especialmente de aquellas que les afectan.Las altas tasas de pobreza se encuentran a menudo en los países pequeños, frágiles y afectados por conflictos.
En 2016, sólo el 45% de la población mundial estaba amparada efectivamente por un sistema de protección social con al menos una prestación en efectivo.
“La pobreza” es un asunto de todos: Como seres humanos, nuestro bienestar está vinculado al de las demás personas. El aumento de la desigualdad es perjudicial para el crecimiento económico y afecta terriblemente a la cohesión social, lo que incrementa las tensiones políticas y sociales y, en algunos casos, impulsa la inestabilidad y los conflictos, además de la inseguridad y violencia.
Lo que podemos hacer:
Los gobiernos contribuyen a crear un entorno propicio para generar empleo productivo y oportunidades de empleo para los pobres y los marginados, formular estrategias y políticas fiscales y económicas que estimulen el crecimiento económico de las empresas para crear empleos.
La Presidencia de México, se ha comprometido con la Agenda 2030, y desde el año 2015, cuenta con una oficina específica para impulsar acciones, varios gobiernos municipales y locales, se están adhiriendo a un compromiso socialmente responsable con acciones.
El sector privado, como motor del crecimiento económico, tiene un importante papel a la hora de determinar si el crecimiento que genera es o no inclusivo y, por consiguiente, si contribuye o no a la reducción de la pobreza.
Generando empleos dignos, en donde se legitimen los derechos laborales; No trabajo forzoso, no trabajo infantil, perseguir un equilibrio entre la vida laboral y la familia, capacitación eficiente, sueldos y salarios iguales o superiores a sus competencias, y todo ello además con el fin de que sea una inversión para el cumplimiento de objetivos, cumpliendo con la legislación aplicable, creando productos y servicios que empaten con la utilidad humana.
Ejemplificamos con algunas de las empresas con quienes hemos podido interactuar:
Organizaciones como; Con la esperanza de lograrlo, Mujeres y niños A.C. Banco de alimentos, cuentan con programas para alimentar a personas de bajos recursos, apoyando con despensas y alimentos en condonación, ya que existen empresas de alimentos que les envían donativos en especie para que los integrantes de la organización los administren y lleguen a quien más lo necesite.
Empresas como Toka Internacional crean medios de pago como beneficio para los colaboradores, para garantizar una apropiada alimentación mediante Vales de Despensa, con los mejores precios del mercado, además de generar acciones para que todos los ciudadanos puedan acceder a créditos, y eso es inclusión financiera.
SESAJAL, es una empresa que productora de alimentos, con los mejor estándares de calidad y además contribuye con sus comunidades para superar la pobreza.