Por: Caleb Palma
Alimento Para Todos
Existe una amplia gama de posibles dimensiones de preocupación relacionadas con la pandemia de COVID-19 y la forma en que ha afectado a los sistemas agroalimentarios. Uno de ellos, la resiliencia del sistema alimentario, se define como la “capacidad a lo largo del tiempo de un sistema alimentario y sus unidades en múltiples niveles, para proporcionar alimentos suficientes, apropiados y accesibles para todos, frente a perturbaciones diversas e incluso imprevistas”. Los aspectos clave de la resiliencia son la flexibilidad, la adaptabilidad y la capacidad de absorber impactos y mantener una cadena de suministro en funcionamiento.
La crisis de COVID-19 evidentemente ha afectado tres elementos centrales del sistema alimentario: la seguridad, protección y sostenibilidad. Este último se define particularmente en términos de la tasa de desperdicio de alimentos, que se puede interpretar como una falla organizativa y distributiva dentro del sistema.
Sin embargo, el impacto más preocupante de la pandemia está relacionado con la seguridad alimentaria. Esto es particularmente alarmante en los países de bajo y mediano ingreso, mientras que el Informe Global sobre Crisis Alimentarias estima que la cantidad de personas que padecen hambre aumentó en 130 millones en 2020.
La movilización de bancos de alimentos, organizaciones no gubernamentales y organizaciones comunitarias para entregar alimentos resultó ser de crucial importancia durante el confinamiento. Estas instituciones tienen el conocimiento, las vinculaciones regionales e institucionales así como la capacidad logística para llegar a las comunidades.
Alimento Para Todos es una organización sin fines de lucro que recolecta y redistribuye alimentos entre organizaciones de asistencia social y comunidades vulnerables con el objetivo de aliviar y prevenir el hambre. A raíz de los cambios en las cadenas de suministro, la intensidad de la demanda así como las modificaciones al interior de la Institución para operar de manera segura, se ha hecho evidente que la innovación juega un papel fundamental en la promoción de la sostenibilidad alimentaria y la resiliencia del sistema alimentario después de una crisis.
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Las crisis como las sequías y las pandemias tienen el potencial para desencadenar innovación, cambios tecnológicos e institucionales. Para Alimento Para Todos, la crisis actual representa una oportunidad para introducir más innovaciones con el objetivo de hacer que los sistemas alimentarios sean más seguros, inocuos y sostenibles.
Debido al impacto tan evidente que ha tenido la COVID-19 sobre nuestra alimentación, se presenta también una posibilidad para que el sector agroalimentario se transforme y desarrolle. Estas innovaciones pueden apuntar a mejorar la calidad de los alimentos, mejorar las dietas, acortar las cadenas de suministro y la resiliencia de su sistema. Del mismo modo, la evidencia ha demostrado que nuestros sistemas alimentarios podrían volverse más robustos y sostenibles con sistemas alimentarios localizados que reduzcan el desperdicio y favorezcan los nutrientes.
Desde Alimento Para Todos, la procuración de alianzas y dispositivos de cooperación y solidaridad se han alineado con esta noción, por lo que se escucha y privilegia el diálogo entre los actores de nuestro sistema alimentario. Al mismo tiempo, la Institución destaca la importancia de discutir y explorar el papel de las tecnologías de la información y la comunicación (el análisis de datos, las plataformas digitales, aplicaciones para compras, transmisión en vivo de productos locales y digitalización de las cadenas de suministro) como una forma de enfrentar las crisis alimentarias.
Existe una creciente necesidad de innovaciones que aborden la escasez de mano de obra, el desperdicio de alimentos, la entrega y la vida útil de los productos, pero que también aumenten la resiliencia con soluciones que se adapten al entorno en el que vivimos y en el que necesitamos comer.
Con respecto a la seguridad alimentaria, el bienestar y la COVID-19, se ha observado que la crisis ya ha impulsado innovaciones sociales. Para explorar el potencial de transformación de estas nuevas prácticas e intervenciones, Alimento Para Todos comparte, esquematiza y contrasta propuestas y proyectos tomando en cuenta todas las voces y trabajando de cerca con aliados que comparten el mismo interés por un futuro sin hambre.
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