De acuerdo con el estudio sobre Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2019,durante el año pasado “la mayoría” de los 3300 millones de personas ocupadas carecían de la suficiente “seguridad económica, bienestar material e igualdad de oportunidades”, y añade, que los progresos en la disminución de desempleo a nivel mundial no evidencian “una mejora de la calidad del trabajo”.
Damian Grimshaw, director del departamento de investigaciones de la Organización Internacional del Trabajo, lo resumía en pocas palabras: «tener empleo no siempre garantiza unas condiciones de vida dignas”. Grimshaw añadió que hay 700 millones de personas que viven en condiciones de pobreza extrema pese a tener trabajo.
La publicación alerta que de continuar los actuales déficits de trabajo decente muchos países no podrán conseguir el Objetivo de Desarrollo Sostenible número ocho sobre trabajo decente para todos y crecimiento económico.
Así lo explicaba, la directora general adjunta de políticas de la Organización, Deborah Greenfield, al afirmar que esa meta “no se refiere solo al pleno empleo sino a la calidad de éste”, y detalló que, tanto la igualdad como el trabajo digno, “son dos de los pilares del desarrollo sostenible”.
De no producirse esa conjunción, “se corre el riesgo” de que los nuevos modelos empresariales, como los producidos por las nuevas tecnologías, minen los logros conseguidos en materia de formalidad y seguridad laboral, protección social y regulaciones laborales.
El informe señala a los encargados de formular políticas como los responsables de tratar estas cuestiones.
Informalidad crece desmesuradamente
La amplia diseminación del empleo informal es otra de las tendencias preocupantes ya que afecta a 2000 millones de trabajadores, una cifra que representa al 61% de la población activa mundial.
Este dato negativo se ve complementado con otro de la misma tendencia: más de uno de cada cinco jóvenes menores de 25 años ni trabaja, ni estudia ni recibe ningún tipo de formación.
En el lado positivo de la balanza, la OIT pronostica una disminución del desempleo en muchos países, si se consigue eludir la desaceleración económica.
Del mismo modo, señala que durante los últimos treinta años se consiguió una fuerte disminución de la pobreza laboral, especialmente en países de ingresos medios, y un aumento del número de estudiantes o personas que reciben capacitación.
Más de 170 millones de desempleados
La OIT, que este año cumple sus cien años de vida , calcula que en 2018 había unos 172 millones de desempleados en el mundo que supusieron una tasa de desempleo del 5%. Las previsiones del organismo apuntan a que ese porcentaje debería mantenerse a un nivel similar durante los dos próximos años.
De cumplirse sus pronósticos, el aumento de la población activa hará que aumente el número de desempleados a un ritmo de un millón de personas por año, llegando a los 174 millones de desocupados el año 2020.