La pandemia de la COVID-19 ha azotado la economía mundial y ha obligado a tomar medidas a corto plazo destinadas a dotar de liquidez a los mercados, apoyar coberturas de desempleo o reforzar los recursos de los sistemas sanitarios. Los trabajos para desarrollar programas de recuperación económica a medio y largo plazo están arrancando en todo el mundo, y cada vez más gobiernos, organismos y empresas apuestan por una recuperación verde.
Los programas de estímulo que se aplicarán tras la crisis del coronavirus tendrán un gran impacto y sus efectos perdurarán en el tiempo, por lo que deberán ser cuidadosamente valorados para asegurar su efectividad económica y social al tiempo que contribuyen a aumentar la resiliencia ante futuros shocks sistémicos (sanitarios y de otro tipo). La pandemia ha puesto en evidencia la fragilidad de nuestra sociedad ante amenazas de carácter global y la importancia de escuchar a la ciencia, que lleva tiempo advirtiendo de riesgos como el que supone el cambio climático.
El cambio climático genera y potencia un gran número de problemas, muchos de ellos de magnitud similar o superior a los ocasionados por el coronavirus. Este fenómeno, por tanto, continúa siendo uno de los principales riesgos para nuestra sociedad, tanto por eventos climáticos como por su capacidad para agravar o acelerar otros (pérdida de biodiversidad, problemas de salud, migraciones climáticas, etc.). En este escenario, se está consolidando un movimiento a favor de una recuperación post coronavirus que refuerce la hoja de ruta ya establecida de transición hacia un nuevo modelo socioeconómico que sea climáticamente neutral, resiliente, sostenible e inclusivo.
Los expertos destacan las ventajas de la recuperación verde frente a un enfoque más tradicional. Así, un informe liderado por la Universidad de Oxford, basado en el estudio de más de 700 políticas de estímulos fiscales y en entrevistas a expertos a nivel global, demuestra que las políticas de estímulo verdes generan un mayor número de empleos, además de superiores retornos a corto plazo y un efecto multiplicador a largo plazo en comparación con las tradicionales.
Iniciativas y medidas para la recuperación verde
Las voces a favor de promover medidas de estímulo verdes alineadas con los objetivos climáticos surgen desde todos los ámbitos de la sociedad. A continuación, repasamos algunas de las medidas e iniciativas:
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Organismos multilaterales
- La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha lanzado desde distintas agencias una potente campaña pidiendo alinear los programas de estímulo económico con los objetivos climáticos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha prometido medidas de estabilidad fiscal, monetaria y financieraEnlace externo, se abre en ventana nueva. para facilitar un rápido retorno a un crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e inclusivo.
- El Banco Mundial (BM) ha publicado una lista de criterios de sostenibilidad para guiar la toma de decisiones de los gobiernos a la hora de evaluar los paquetes de estímulo.
Gobiernos
- Desde las instituciones y gobiernos europeos son crecientes las muestras de apoyo a una recuperación verde. La vigencia del Pacto Verde Europeo como hoja de ruta para un crecimiento económico, sostenible y resiliente se ha mantenido desde el inicio de la crisis, destacando el papel de la financiación sostenible y la transición justa. Así lo han manifestado tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, como su vicepresidente ejecutivo, Frans Timmermans. En la misma línea, 17 estados miembros, entre los que destacan Alemania, Francia y España, han pedido a Bruselas que utilice el Pacto Verde Europeo como herramienta para la recuperación de la economía.
- A nivel global, son importantes los indicios que se perciben en los programas de estímulo de grandes economías como China, Japón o Corea del Sur, donde las nuevas tecnologías y la electrificación están muy presentes.
Sector empresarial y financiero
- Uno de los hitos más importantes ha sido el lanzamiento de una alianza de más de 200 agentes, denominada Alianza Europea para una Recuperación Verde, suscrita por una amplia representación de ministros, de Alemania, Francia o España, y líderes empresariales de grandes compañías.
- El sector privado está teniendo una presencia importante en las iniciativas promovidas por los organismos multilaterales y las alianzas internacionales, desde el Pacto Global de las Naciones Unidas a coaliciones como We Mean Business, Corporate Leaders Group o World Business Council for Sustainable Development.
- Desde el sector financiero, la plataforma The Investor Agenda (formada por las principales organizaciones en materia de financiación climática) ha publicado una declaración para que los gobiernos definan medidas de estímulo alineadas con la descarbonización.
Sector energético
- Un comunicado de la Energy Transition Commission (ETC), una agrupación de 40 organizaciones del sector que incluye a grandes empresas, instituciones financieras y diversas organizaciones, describe siete prioridades de gasto para que los paquetes de estímulo económico contribuyan a construir una economía más saludable, resiliente y de emisiones netas cero.
- Más de 100 actores del sector, reunidos bajo la Coalición para la Acción de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), destacan el papel de las renovables en la recuperación. El IRENA Global Renewables OutlookEnlace revela cómo alinear los esfuerzos de recuperación con los objetivos del Acuerdo de París generaría importantes ganancias socioeconómicas a nivel global.
- La Agencia Internacional de Energía (AIE) también está pidiendo que la energía limpia se coloque en el centro de las medidas de estímulo, y reconoce que es un momento crítico para que los gobiernos adapten sus políticas a una acción climática más ambiciosa.
Sociedad civil
Destaca la carta abierta del ministro de Medio Ambiente de Costa Rica, el Club de Roma y la Asociación de Emergencia Planetaria, junto a más de 3.500 científicos y ciudadanos, para que los responsables de la formulación de políticas tengan «el coraje, la sabiduría y la previsión para hacer que sus planes de recuperación económica se dirijan tanto a corto como a largo plazo a cuidar la salud y el bienestar de las personas».
Este artículo fue publicado por Iberdrola, lea el original aquí.
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