La crisis sanitaria permanece vigente y América Latina y el Caribe es la región más vulnerable del mundo en esta pandemia. Esa crisis de salud se ha convertido en una crisis social, llevando la tasa de pobreza extrema en América Latina del 13.1% de la población en 2020 al 13.8% en 2021, un retroceso de 27 años, informó este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Esto significa que la cantidad de personas en pobreza extrema pasaría de 81 a 86 millones, y el número total de personas pobres bajaría ligeramente de 204 a 201 millones.
El aumento de la pobreza extrema es “consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia en algunos países, que no alcanzaría a ser compensada por el incremento esperado de los ingresos del empleo”.
“La recuperación económica, que causó cierta euforia en algunos países, no ha sido suficiente para mitigar los efectos sociales y laborales de la pandemia”, dijo Alicia Bárcena, la secretaria ejecutiva de la CEPAL.
Los mayores incrementos de la pobreza tuvieron lugar en Argentina, Colombia y Perú, donde alcanzaron o excedieron los 7 puntos porcentuales. En Chile, Costa Rica, Ecuador y Paraguay creció entre 3 y 5 puntos porcentuales y en Bolivia, México y la República Dominicana, creció menos de 2 puntos porcentuales. El único país de la región donde disminuyó la pobreza y la pobreza extrema en 2020 fue Brasil.
Aumento de la desigualdad también
El documento sostiene que la desigualdad incrementó entre 2019 y 2020, con lo que se quebró una tendencia decreciente que venía observándose desde 2002. El Coeficiente de Gini (utilizado internacionalmente para medir la distribución del ingreso) aumentó en 0.7 puntos porcentuales para el promedio regional entre 2019 y 2020. Este deterioro tiene relación directa con las repercusiones de la pandemia.
América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo que lleva más tiempo de interrupción de clases presenciales, en promedio cerca de 56 semanas de interrupción total o parcial, lo que ha generado brechas en el desarrollo de habilidades cognitivas, la pérdida de oportunidades de aprendizaje y el riesgo de aumento del abandono escolar.
Ese cierre escolar ha impactado sobre la sobrecarga de las tareas de cuidado de las mujeres. Por ello, el retorno seguro a clases presenciales es urgente en 2022, subraya la comisión regional de las Naciones Unidas.
Con información de las Naciones Unidas.
¿Tu organización es socialmente responsable y trabaja a favor de la sostenibilidad?