“Que el empoderamiento de las mujeres tarde tanto es casi como para tomárselo a broma, considerando que puede generar beneficios económicos alrededor de los 28 billones de dólares”, dijo la directora ejecutiva del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, Lise Kingo.
Los datos más recientes publicados por el Foro Económico Mundial desvelan una impactante cifra: de mantenerse las tendencias actuales se necesitarán 202 años para cerrar la actual brecha de género en el lugar de trabajo.
Esta situación es totalmente inesperada para Lise Kingo, la directora ejecutiva del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, quien explicó que el progreso económico en materia de género va mucho más lento de lo que esperaba cuando comenzó su carrera como ejecutiva en el mundo empresarial:
«Durante casi treinta años he participado en cualquier debate sobre género y no estoy segura de que hayamos avanzado de la manera que esperábamos. En algún momento pensé que podríamos allanar el camino para la próxima generación de mujeres, pero no creo que eso suceda”, alertó.
Del mismo modo, añadió que “respecto a las oportunidades de trabajo, creo que nos enfrentamos a algunas barreras culturales muy importantes que impiden que las mujeres reciban el mismo trato que los hombres. Pienso que se debe a un sesgo inconsciente donde, de un modo involuntario, las personas consideran que los hombres están más capacitados para realizar ciertos tipos de trabajos, como la administración y la aritmética, y creo que es necesario ser más conscientes de cuándo aplicamos este tipo de sesgo inconsciente.”
La tarea de ONU Mujeres
Una de las entidades de las Naciones Unidas que busca con mayor ahínco acelerar el progreso hacia la igualdad de género es ONU Mujeres.
Precisamente esta organización de las Naciones Unidas se unió el año 2010 al Pacto Mundial para crear Los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres (WEPs, por sus siglas en inglés), que buscan establecer “un conjunto de buenas prácticas empresariales que promueven la igualdad entre mujeres y hombres en todas las áreas de gestión”, y proporcionan una «herramienta para el análisis de brechas» que ayuda a las empresas a medir su éxito en la aplicación de los principios.
Hasta la fecha, más de 2.100 empresas se han adherido y están integrando estos principios en su estrategia de negocio, incluyendo compañías internacionales de gran prestigio como la farmacéutica Roche, la especialista en gestión de energía Schneider Electric, la petrolera Total y la empresa de refrescos Coca-Cola.
Entre las prácticas en activo destacan la de garantizar que se tenga en cuenta la paridad de género a la hora de nombrar a altos directivos, que se seleccione el mismo número de candidatas y candidatos cada vez que se abra una vacante, y que existan servicios de orientación profesional para ayudar a las mujeres a avanzar en sus carreras.
Además de proporcionar oportunidades de licencia de maternidad para ambos padres, dando a las mujeres la opción de interrumpir su carrera profesional sin que ello perjudique sus perspectivas de futuro laboral.