Por: Daniela A. Perez Navarrete
Earthgonomic
No es sorpresa que esta duda sea una constante en diversas conversaciones. Existen distintos argumentos que intentan dar una explicación coherente a dicha pregunta. Llegando todos al clásico círculo vicioso: “Se necesita una gallina para obtener un huevo, pero las gallinas vienen de un huevo”, dejándonos en la misma tautología que parece no tener una respuesta inmediata.
No obstante, la ciencia y el registro fósil nos han ayudado a resolver tal interrogante. En este caso necesitaremos de dos ramas de la biología; la biología evolutiva y la paleontología.
El huevo
Los huevos están presentes en diversos grupos taxonómicos (conjunto de especies reunidas por características en común o parentesco) y especies animales. Siendo estrictos, un huevo es simplemente una envoltura-membrana dentro de la cual un embrión puede crecer y desarrollarse hasta que sea capaz de sobrevivir por sus propios medios.
Pero la interrogante clásica se centra en los huevos de las gallinas (Gallus gallus domesticus); esta especie pertenece a un tipo específico de huevo que apareció en el planeta Tierra con la evolución de los primeros amniotas (explicaré el término más adelante) hace millones de años. Antes de este grupo de amniotas la mayoría de los animales necesitaban del agua para reproducirse, colocando sus huevos en estanques u otros ambientes húmedos, evitando así que sus descendientes muriesen.
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En algún momento dentro de la historia evolutiva de estos animales, que necesitaban de un medio acuático para existir, un nuevo y diferente tipo de huevo comenzó a evolucionar. Esta clase inédita tenía tres membranas extras en su interior: corion, amnios y alantoides. Cada una desempeñando una función específica, que en conjunto proveen de un ambiente cerrado propicio para que el embrión pueda absorber los nutrientes almacenados, acumular los productos de desecho y respirar sin la necesidad de un entorno acuático.
Los huevos amniotas fueron un gran paso evolutivo para muchos de los animales actuales; abrieron un mundo totalmente nuevo y lleno de oportunidades para la colonización del medio terrestre. Es decir, esta innovación permitió vivir en ambientes terrestres sin la necesidad de un ambiente acuático para la reproducción. Increíblemente estas tres membranas conquistaron los continentes.
Este artículo fue publicado por Earthgonomic, lee el original aquí (ir al artículo).
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