Unos 1,800 millones de personas corren un mayor riesgo de contraer COVID-19 y otras enfermedades debido a que reciben tratamiento o trabajan en centros de salud sin servicios básicos de agua, según el Informe sobre los progresos mundiales en materia de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención de la salud: primero lo fundamental, de la UNICEF junto a la OMS.
El agua, el saneamiento y la higiene son vitales para la seguridad de los trabajadores sanitarios y los pacientes; sin embargo, no se está dando prioridad a la prestación de estos servicios. En todo el mundo, 1 de cada 4 centros de salud carece de agua potable, 1 de cada 3 no dispone de acceso a puntos para la higiene de manos, 1 de cada 10 no tiene servicios de saneamiento y en 1 de cada 3 no se separan los desechos de manera segura.
La situación es peor, sobre todo, en los 47 países menos adelantados (PMA) del mundo, donde 1 de cada 2 centros de salud carece de agua potable, y 3 de cada 5 de servicios básicos de saneamiento.
También afecta especialmente a millones de trabajadores sanitarios de todo el mundo, para quienes el agua es su equipo de protección personal. Con datos de la OMS de octubre, las cifras de infecciones por COVID-19 entre los profesionales de la salud son mucho mayores que las de la población general: aunque representan menos del 3% de la población, constituyen el 14% de los casos de COVID-19 a nivel mundial.
“Enviar a los trabajadores de la salud y a las personas que necesitan tratamiento a instalaciones sin agua limpia, inodoros seguros o incluso jabón, pone en peligro sus vidas. Esto era sin duda cierto antes de la pandemia de COVID-19, pero lo sucedido este año ha hecho que estas desigualdades sean imposibles de ignorar», señala la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
Fore señala que «a medida que reimaginamos y configuramos un mundo para después de la COVID-19, asegurarnos de que enviamos a los niños y las madres a lugares de atención equipados con servicios adecuados de agua, saneamiento e higiene no es simplemente algo que podemos y deberíamos hacer. Es una obligación absoluta”.
La solución pasa por invertir más en servicios básicos
Se trata de un problema que tiene solución. Las estimaciones preliminares del informe indican que costaría aproximadamente 1 dólar per cápita facilitar que los 47 PMA establezcan un servicio básico de agua en los centros de salud. De media, se necesitan 0,20 dólares (unos 16 céntimos de euro) per cápita cada año para operar y mantener los servicios.
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Según el documento, aumentar las inversiones (y hacerlo de forma inmediata) en agua y saneamiento producen grandes beneficios: la mejora de la higiene en los centros de salud es la “mejor compra” que se puede hacer para enfrentarse a la resistencia antimicrobiana:
- Reduce los costos de la atención sanitaria porque disminuye las infecciones asociadas a los centros de salud (que son caras de tratar).
- Ahorra tiempo, ya que los trabajadores sanitarios no tienen que buscar agua para la higiene de las manos.
- Una mejor higiene también incentiva la utilización de todos los servicios.
- Hay un retorno de 1,5 dólares por cada dólar invertido.
Estos servicios son especialmente importantes para las poblaciones vulnerables, como las madres embarazadas, los recién nacidos y los niños. La mejora de los servicios de agua, saneamiento e higiene en los centros de salud es especialmente importante en torno al periodo del parto, cuando es excesivo el número de madres y recién nacidos que sufren y mueren, incluso a causa de trastornos prevenibles como la sepsis.
Mejores servicios para salvar 1 millón de vidas
Unos mejores servicios de agua, saneamiento e higiene podrían salvar la vida de 1 millón de mujeres embarazadas y recién nacidos, y reducir los nacimientos de mortinatos. En el informe se formulan 4 recomendaciones principales:
- Aplicar hojas de ruta nacionales que figuren en los Presupuestos y cuenten con una financiación adecuada.
- Supervisar y examinar periódicamente los progresos realizados en la mejora de los servicios y las prácticas en materia de abastecimiento de agua y saneamiento, e impulsar un entorno favorable para este sector.
- Formar al personal sanitario para mantener los servicios de agua y saneamiento, y promover y practicar una buena higiene.
- Integrar los servicios de agua, saneamiento e higiene en la planificación, la presupuestación y la programación habituales del sector sanitario, incluyendo las actividades de respuesta y recuperación en materia de COVID-19 para prestar servicios de calidad.
Se necesita una financiación mundial que sirva de estímulo, así como apoyo técnico y recursos nacionales, para mantener seguros y protegidos a los trabajadores sanitarios y los pacientes.
Ahora existe la oportunidad de aprovechar los esfuerzos y compromisos existentes e integrar el agua, el saneamiento y la higiene en los centros de salud en todos los planes nacionales para la COVID-19, la distribución de vacunas y los paquetes de recuperación económica.
Con información de UNICEF.
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