Por: Caleb Palma
Alimento Para Todos
Debido a las consecuencias económicas desastrosas inducidas por la pandemia, las familias de todo el país se encuentran bajo niveles históricos de tensión financiera.
Esta situación exacerba lo que ya era una gran disparidad de hambre: la inseguridad alimentaria, es decir, la incapacidad de acceder de manera constante a alimentos saludables, se está disparando, pero las mujeres, y especialmente las madres, están soportando gran parte de la carga.
Debido a que la mayoría de los niños asiste a escuelas remotas, encontrar y mantener un empleo es casi imposible para la mayoría de las madres de niños en edad escolar. Aún si se han implementado programas de asistencia alimentaria en la Ciudad de México, su contribución para aliviar la lucha en estas familias no es suficiente, ya que su incorporación no puede reemplazar un ingreso real y los programas que han estado en pausa desde que los centros de aprendizaje y las pequeñas empresas cesaron sus operaciones en persona.
Por lo general, los estudios de inseguridad alimentaria no se analizan a través de un desglose de género, pero el año pasado quedó más claro que la desigualdad es un problema interseccional, y también sus consecuencias.
En Alimento Para Todos han tenido la oportunidad de recopilar información significativa sobre el hambre y la desigualdad, dándonos cuenta de que las historias individuales dan forma al panorama general de estos asuntos.
Es por eso que están comprometidos no solo a ofrecer asistencia a aquellos en las comunidades que la necesitan, sino también a recopilar datos que ayuden a comprender los problemas que necesitan una solución urgente.
En este Día de la Madre (el pasado 10 de mayo), queremos recordarles a todos que el hambre es un problema para todos; negar a los niños el acceso regular a los alimentos tiene consecuencias para toda la vida, incluidos problemas de desarrollo y enfermedades crónicas. Incluso cuando los datos sobre el hambre infantil muestran una parte de la historia, también existe otra: muchas madres todavía pueden permitirse alimentar a sus hijos, pero no tienen suficiente para ellas.
Hoy apoyamos a las familias y a los individuos por igual, reconociendo que cada uno de ellos es vulnerable a su propia manera y por causas diferentes; es por eso que invitan a sus socios y al público a reflexionar sobre las historias de los vecinos que no tienen un acceso constante y confiable a los alimentos y a actuar, tanto y tan pronto como puedan, para cambiar estas historias.
Este artículo fue publicado por Alimento Para Todos, lea el original aquí.
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