A pesar de que la globalización ha ayudado a millones de mujeres a encontrar un empleo remunerado, el número de mujeres en situación de actividad es muy inferior al de hombres.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 5: Igualdad de genero busca poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas como derecho humano básico. Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial.
Las desigualdades de género también han concentrado a las mujeres en el segmento inferior de la cadena de valor mundial: ocupan los puestos de trabajo peor remunerados, realizan trabajos subcontratados a destajo y trabajos poco estables por cuenta propia, con escaso o ningún acceso al trabajo decente y a la protección social.
En el informe «El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo» del Secretario General de las Naciones Unidas, las mujeres ganan en promedio menos que los hombres en todos los niveles de educación. Cuando las mujeres trabajan mayormente en la economía informal, que es lo que ocurre en el caso de la mayoría de las trabajadoras en todo el mundo, el reto de lograr la misma retribución es mayor debido a que implicaría extender las condiciones y el nivel de protección del empleo formal a quienes trabajan en el sector informal.
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Según el informe de ONU Mujeres, «El progreso de las mujeres en el mundo 2019-2020:Familias en un mundo cambiante«, alrededor del mundo poco más de la mitad de las mujeres de 25 a 54 años se encuentra económicamente activa, una proporción que se eleva a dos de cada tres en el caso de las mujeres solteras.
Por su parte, el 96 % de los hombres casados se encuentran activos, según muestran los nuevos datos del informe. Una de las principales causas de estas desigualdades es que las mujeres continúan realizando el triple de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres en ausencia de servicios de cuidados asequibles.
El mundo laboral de la mujer mexicana
En un informe realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, el mercado laboral mexicano no es solamente otro caso en que las mujeres están en desventaja frente a los hombres, sino que el mercado laboral mexicano es un caso extremo en cuanto a los retos que enfrentan las mujeres.
La falta de oportunidades que enfrentan las mujeres en el mercado
laboral mexicano no sólo genera problemas sociales, sino también económicos.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo realizada por el INEGI, afirma que en el primer trimestre de 2018, del total de mujeres de 15 años y
más, 42.6% está vinculada a la Población Económicamente Activa y 57.4% están en la Población No Económicamente Activa.
Con sólo 1 trabajadora por cada 3 trabajadores, Chiapas es el estado menos incluyente en materia laboral, le siguen Veracruz, Tabasco, Zacatecas y Coahuila. Por otra parte la Ciudad de México se constituye como el estado más incluyente, en dónde prácticamente hay equidad entre trabajadores. Los otro cuatro estados más incluyentes son Colima, Nayarit, Yucatán y Jalisco.
Estudios realizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos de la ONU, mencionan que el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo produce un crecimiento económico más rápido. Parte importante de esa fuerza está compuesta de mujeres que son madres.
Con información de ONU y ONU mujeres.
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