El cambio climático y el crecimiento urbanístico descontrolado son algunas de las razones que provocan que millones de personas alrededor del mundo sean afectadas por lluvias torrenciales.
El cambio climático implica que la atmósfera sea cada vez más caliente y ello hace que se evapore más agua, se produzca más energía, y por tanto, algunos fenómenos sean más violentos que antes. Es por esto que desde las últimas décadas, cada verano es una trampa mortal porque esta estación de lluvias provoca, por todo el planeta, decenas de muertos y destrozan miles de hogares.
Según el diario El País, este año, las inundaciones han provocado unos 200 muertos y cerca de un millón de afectados en el Sahel y África central, además el río Nilo creció tanto que amenaza con anegar la antigua ciudad de Bajrawiya, a medio kilómetro del cauce. Mientras, el reporte de El Universal, indica que se destruyeron viviendas, se arrastraron vehículos, se derrumbaron puentes, se inundaron ciudades y decenas de habitantes quedaron aislados en la región de Kumamoto, Japón.
A su vez, en México, la fuerza de la onda tropical No. 32 originó lluvias intensas y torrenciales, lo que generó deslaves, desbordamiento de ríos e inundaciones en distintas regiones del país.
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¿Cómo afecta la sociedad las lluvias torrenciales?
La magnitud de todas estas afectaciones aumenta por otros factores, como la migración de las poblaciones rurales y una construcción sin ningún tipo de regulación dentro de las urbes. “No se están cumpliendo las normativas de suelo y se sigue asistiendo a la instalación de espacios urbanizados en zonas de inundación”, apunta Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, para EFEverde, en referencia al caso de España, sin embargo, construir de manera incorrecta y sin asesoramiento técnico es una práctica en todo el mundo.
A juicio de este experto, existe un enorme déficit en planificación territorial e incluso si los gobiernos introducen algún tipo de mejora en la materia, la realidad les supera porque el crecimiento urbano es más rápido. Así la funcionalidad, e incluso su seguridad estructural, se pone en riesgo tras este tipo de fenómenos naturales.
Es por eso que durante la época de lluvias, la ciudadanía debe pedir un plan de seguridad ambiental, y así tanto ciudadanos como autoridades trabajen en conjunto y mejorar la capacidad de respuesta ante las lluvias y toda contingencia que pueden acarrear. De esta manera, habría herramientas que doten certidumbre a las personas.
Esta tarea no es de y para una sola persona, es una tarea que conlleva un gran trabajo continuo y responsabilidad a largo plazo que requiere de todas sus partes para evitar el peligro a la seguridad de la vida humana y animal.
Este artículo fue publicado por Earthgonomic, lea el original aquí.
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