Los bosques nubosos de Costa Rica ya no son tan nublados, y esto afecta directamente a la reproducción de un ave que habita en ellos, que está en la lista roja de especies amenazadas de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), y que es un símbolo desde tiempos precolombinos en Centro América: el quetzal resplandeciente.
En un reportaje que forma parte de la serie Llamado a la Tierra en CNN en Español, conocemos los esfuerzos que se realizan en la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde para ayudar a la conservación de esta ave emblemática, que para muchos, es la más bella de Latinoamérica.
El hábitat del quetzal se extiende desde México a Panamá. Son aves migratorias que durante la época de apareamiento elijen cuidadosamente el lugar donde van a reproducirse. Su preferencia en ese momento siempre les acerca hacia los bosques nublados, entornos históricamente húmedos donde les es fácil encontrar troncos de árboles en descomposición donde hacer un hueco en la madera para formar sus nidos. Sin embargo, los efectos del cambio climático están afectando el frágil equilibrio de este ecosistema, y los cambios de temperatura, las variaciones en los niveles de humedad y precipitaciones, además de los cada vez más frecuentes impactos de huracanes, hacen que encontrar el tronco ideal para construir su nido sea una tarea cada año más difícil.
Así surge el proyecto Ojos sobre el quetzal y el cambio climático, una respuesta a la pérdida de lugares de anidación en el Bosque Nuboso Monteverde. La iniciativa consiste en la instalación de quince nidos artificiales y cuya innovación es la instalación de cámaras trampa que se monitorean durante la época reproductiva y que les ha permitido a los científicos obtener información muy valiosa para la conservación de esta especie.
CNN en Español conversó sobre esta iniciativa con Wilson Salas, investigador en la Reserva Biológica Monteverde: “Colocamos cámaras en frente y a los lados para tener diferentes puntos de vista y poder observar su comportamiento a la hora de reproducirse y también su alimentación. También vemos por cuánto tiempo cuidan de estos pichones y hasta cuál es el momento en que ellos dejan el nido”.
El ciclo de reproducción del quetzal resplandeciente comienza en los meses de enero y febrero, cuando la pareja comienza su ronda de visitas a los posibles nidos y escogen el lugar ideal para sus crías. Según la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde, desde el inicio del proyecto en el año 2016, todos y cada uno de los 15 nidos artificiales han sido visitados y entre 5 y 6 han sido utilizados para la incubación y la crianza de los pichones.
“Lo importante acá es que se ha mantenido la población”, dice Paola Ledezma, investigadora encargada de monitoreo. “Lo importante acá es que se ha mantenido la población. Nuestra meta más importante es que no se reduzca esta población de quetzales que tenemos acá en la Reserva”, finaliza.
Comunicado de prensa.