La absorción de dióxido de carbono que hacen los océanos es clave en la mitigación del cambio climático; sin embargo, la humanidad está alterando el ciclo del carbono en sus aguas y esto podría invertir su función en la regulación del clima, transformándolos en un elemento más de calentamiento. Un nuevo informe de la agencia de la ONU para la ciencia propone un programa de investigación sobre el carbono oceánico para entender mejor su funcionamiento y actuar para protegerlo.
Un papel poco conocido de los océanos es su regulación del clima en la Tierra por medio de la absorción del dióxido de carbono (CO2), explica un estudio titulado Integrated Ocean Carbon Research publicado este martes por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que también advierte que, de perder esa función, los océanos contribuirían al calentamiento del planeta, acelerando el avance del cambio climático.
El estudio señala que las investgiaciones del Panel Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático (IPCC) proporcionan pruebas científicas sólidas que subrayan el papel del carbono oceánico en el clima. Estos informes también enfatizan la urgencia de minimizar más daños al océano global, así como de mantener los servicios oceánicos clave que están directamente amenazados por la acidificación, desoxigenación y calentamiento de los océanos.
Para evitar que esto ocurra, dice el informe, es urgente estudiar el ciclo de captación del CO2, entenderlo bien y establecer una hoja de ruta que guíe a las autoridades responsables del diseño de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático durante el próximo decenio.
El texto destaca la importancia del conocimiento científico para tomar decisiones informadas dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con el fin de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre el clima y construir sociedades más resilientes.
Reservorios de carbono de origen antropogénico
Desde la Revolución Industrial, los océanos han sido el reservorio del carbono generado por la actividad humana. Sin estos reservorios marinos, junto con los terrestres, los niveles de CO2 en la atmósfera serían un 50% más altos que los registrados en 2019, que estaban ya muy por encima del límite para contener el calentamiento global a dos grados centígrados.
El ciclo global del carbono es una parte integral del sistema Tierra. De los componentes terrestres, atmosféricos y oceánicos del ciclo global del carbono que intercambian carbono en escalas de tiempo de décadas a siglos, el océano tiene más del 90% del carbono contenido en estos reservorios. Desde el comienzo de la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, los seres humanos han alterado drásticamente las reservas y los flujos de carbono dentro del sistema tierra-atmósfera-océano y han aprovechado el carbono fósil en el reservorio geológico.
Con el tiempo, los océanos han pasado de ser un sumidero del carbono preindustrial procedente de la biosfera terrestre a través de los ríos, a convertirse en un receptáculo de carbono neto anual significativo a través de la absorción del carbono antropogénico.
«El aumento casi exponencial de las emisiones antropogénicas totales de CO2 durante la era industrial implica que la absorción abiótica del océano ha aumentado casi exponencialmente, alcanzando 2,5 ± 0,6 Pg C año-1 para 2009-2018. Sin los sumideros oceánicos y terrestres, los niveles de CO2 atmosférico estarían cerca de 600 ppm […] muy por encima del nivel compatible con un objetivo de calentamiento climático de 2 ̊C», asegura el reporte.
La acumulación de carbono generado por la actividad humana en el océano está alterando la química del agua de mar, un fenómeno conocido como acidificación del océano. Estos cambios afectarán el papel futuro del océano como reservorio de CO2 atmosférico y alterarán los ecosistemas marinos de formas que aún se encuentran bajo investigación.
Evitar más daños
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático ha urgido repetidamente a evitar hacer más daños a los océanos y a multiplicar las medidas para evitar la acidificación, la desoxigenación y el calentamiento de sus aguas.
El informe de la UNESCO afirma que el Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021-2030) constituye una oportunidad única para convocar a los actores regionales y mundiales a establecer sus prioridades científicas comunes y a generar conocimientos, aplicaciones, servicios y herramientas para fortalecer las acciones de mitigación y adaptación relacionadas con el ciclo cambiante del carbono oceánico.
El objetivo del Decenio es proporcionar un marco propicio para las ciencias oceánicas diseñado y administrado conjuntamente por una gama amplia de actores que produzca una mayor aceptación y uso de las ciencias oceánicas para la acción y la innovación.
Con información de la ONU.
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