En el documento “Transformar Nuestro Mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” que fue adoptado por los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas en 2015, se presentan los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) que destacan las “líneas” a trabajar de aquí a 2030 sin dejar a nadie atrás.
Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos
El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este sueño. Sin embargo, actualmente el reparto del agua no es el adecuado y para el año 2050 se espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce. La sequía afecta a algunos de los países más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición.
De acuerdo con Naciones Unidas, esa escasez de recursos hídricos, junto con la mala calidad del agua y el saneamiento inadecuado repercuten en la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la oportunidad de educación para las familias pobres en todo el mundo. Afortunadamente, se han hecho algunos avances en la última década y más del 90% de la población mundial tiene acceso a fuentes de agua potable mejoradas.
Para mejorar el acceso a agua apta para el consumo y al saneamiento, y la gestión racional de los ecosistemas de agua dulce entre las comunidades locales en varios países en desarrollo del África Subsahariana, Asia Central, Asia Meridional, Asia Oriental y Asia Sudoriental.
Situación mundial
De acuerdo con cifras oficiales, al menos 892 millones de personas continúan con la práctica insalubre de la defecación al aire libre.
Del mismo modo, Naciones Unidas destaca que las mujeres y las niñas son las encargadas de recolectar agua en el 80% de los hogares sin acceso a agua corriente. Además entre 1990 y 2015, la proporción de población mundial que utilizaba una fuente mejorada de agua potable pasó del 76% al 90%.
Actualmente la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y se prevé que esta porcentaje aumente. Más de 1700 millones de personas viven actualmente en cuencas fluviales en las que el consumo de agua supera la recarga.
2400 millones de personas carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como retretes o letrinas y más del 80% de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación.
Del mismo modo, cada día, alrededor de 1000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene.