Las mujeres que trabajan en el sector de la salud y el cuidado ganan una media de 24% menos que los hombres que desempeñan la misma función, alertaron la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe conjunto.
La publicación constituye el análisis más completo realizado hasta ahora sobre las desigualdades salariales de género en la salud.
Los hallazgos de la investigación muestran una brecha salarial entre mujeres y hombres de 20 puntos porcentuales que se eleva 24 puntos porcentuales cuando se toman en cuenta factores como la edad, la educación y el tiempo de trabajo.
Es decir, las mujeres están mal pagadas en el mercado laboral en comparación con los hombres, enfatiza el informe.
Las agencias explicaron que no toda la diferencia se debe a la discriminación, también responde a que la paga en ese rubro económico tiende a ser más baja en general. Sin embargo, aclaran los organismos, los salarios son a menudo más bajos en los sectores donde predominan las mujeres y en la esfera sanitaria y de cuidados el 67% del personal es femenino.
“Las mujeres constituyen la mayoría de los trabajadores en el sector de la salud y la atención, pero en demasiados países los sesgos sistémicos están dando como resultado sanciones salariales perniciosas en su contra”, puntualizó Jim Campbell, director de Personal de Salud de la OMS.
Papel crucial durante la pandemia
El documento destaca que pese a que los trabajadores de la salud y el cuidado tuvieron un papel crucial durante los primeros años de la pandemia de COVID-19, sólo hubo mejoras marginales en la igualdad salarial entre 2019 y 2020.
La directora del del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT subrayó que el sector de la salud y la atención ha soportado salarios bajos en general, brechas salariales de género obstinadamente grandes y condiciones laborales muy exigentes.
“La pandemia de COVID-19 expuso claramente esta situación al tiempo que demostró cuán vitales son el sector y sus trabajadores para mantener en marcha a las familias, las sociedades y las economías”, acotó Manuela Tomei.
La desigualdad no es inevitable
El estudio denota también una variación amplia en la diferencia de salario por géneros en los distintos países, lo que sugiere que la desigualdad no es inevitable y que se puede eliminar.
Jim Campbell, de la OMS, consideró alentador que las historias de éxito en varios países “muestren el camino, incluidos los aumentos salariales y el compromiso político con la equidad salarial”.
Otra conclusión es que las brechas salariales de género suelen a ser más amplias en las categorías de sueldos más altos, donde los hombres están sobrerrepresentados. Las mujeres, en cambio, son el personal más socorrido en las categorías de salarios más bajos.
Con información de la ONU.
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