La falta de alimentos, el hambre y la desnutrición afectan a todos los países del mundo, alertó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), haciendo un llamado urgente a reducir la cantidad de alimentos que se desperdician.
De acuerdo con datos de la FAO, 931 millones de toneladas o el 17% de los alimentos que se produjeron en 2019 acabaron en la basura de las familias, los comercios minoristas, los restaurantes y otros actores del rubro de la alimentación.
En tanto, 811 millones de personas padecen hambre y 132 millones enfrentan inseguridad alimentaria y nutricional hoy debido a la pandemia de COVID-19.
Desperdicio de alimentos
Los alimentos se pierden o desperdician a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares. En los países de ingresos altos y medianos, los alimentos se desperdician de manera significativa en la etapa del consumo, lo que significa que se desechan (se tiran) incluso si todavía son adecuados para el consumo humano.
En las regiones industrializadas, también se producen pérdidas importantes al principio de las cadenas de suministro de alimentos. En los países de ingresos bajos, los alimentos se pierden principalmente durante las primeras etapas y las etapas intermedias de la cadena de suministro de alimentos y se desperdician muchos menos alimentos en el consumo.
El desperdicio de alimentos daña el clima, el agua, la tierra y la biodiversidad
Según el informe de la FAO “La huella del desperdicio de alimentos: impactos en los recursos naturales”, 1,300 millones de toneladas de alimentos que se desperdician anualmente no sólo provoca grandes pérdidas económicas, sino también un grave daño a los recursos naturales de los que la humanidad depende para alimentarse.
El informe también señala que las emisiones del desperdicio mundial de alimentos equivalen casi a las emisiones mundiales del transporte por carretera. «Si el desperdicio de alimentos fuera un país, sería el tercer mayor emisor de GEI del mundo».
El desperdicio de alimentos es responsable del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, el desperdicio de cereales en Asia es un problema importante, con un gran impacto en las emisiones de carbono y el uso del agua y el suelo. El caso del arroz es particularmente notable, dadas sus altas emisiones de metano junto con un elevado nivel de desperdicio.
Si bien el volumen de desperdicio de carne en el mundo es relativamente bajo, el sector cárnico genera un impacto considerable en el ambiente en términos de ocupación del suelo y la huella de carbono, especialmente en los países de ingresos elevados y Latinoamérica, que en conjunto abarcan el 80% del total de despilfarro de carne. Excluyendo Latinoamérica, las regiones de ingresos altos son responsables de cerca del 67% de todo el desperdicio de carne.
La reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos también se establece en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y específicamente en la Meta 12.3, que exige reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel minorista y de consumo, así como reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro.
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Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos
El Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, se celebra el 29 de septiembre gracias un decreto oficial establecido por la ONU y cuyo principal objetivo es evitar que los alimentos se desperdicien, ya que son un bien escaso, sobre todo, en aquellos países donde los índices de pobreza van en aumento cada día.
La FAO afirma que es importante abrir y fortalecer los espacios de los que trabajan la tierra, es decir, los pequeños y medianos agricultores para generar una mayor producción de alimentos, que a la vez, contribuya a impulsar los mercados nacionales e internacionales para que los productos puedan llegar a muchas más personas de forma más equitativa.
El Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos brinda una oportunidad para hacer un llamamiento a la acción tanto al sector público (autoridades nacionales o locales) como al sector privado (empresas y particulares), con la finalidad de establecer prioridades y avanzar con la innovación para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos a fin de restaurar y reconstruir mejor y de lograr sistemas alimentarios con capacidad de resiliencia.
Con información de la FAO y la ONU.
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