La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, participó en la Undécima Reunión General entre la Comunidad del Caribe (CARICOM) e Instituciones Asociadas y el Sistema de las Naciones Unidas (Eleventh General Meeting between the Caribbean Community and Associated Institutions and the United Nations System), en donde abordó los desafíos de la recuperación post COVID-19 y las oportunidades existentes para un desarrollo sostenible en la CARICOM.
Enfatizó la necesidad de un acceso igualitario a las vacunas, la creación de un fondo de resiliencia para enfrentar el problema de la deuda, y la vulnerabilidad climática, así como la necesidad de ampliar los criterios de medición del desarrollo más allá del ingreso per cápita y de suspender la graduación de países de ingreso medio durante la pandemia.
El encuentro fue inaugurado por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres (vía mensaje de video) y el secretario general de la CARICOM, Irwin LaRocque. Contó con la participación de representantes de los Estados miembros de la CARICOM , así como funcionarios de las distintas entidades de la ONU que operan en esa subregión, como la CEPAL, la Oficina de Coordinación para el Desarrollo (OCD), el Departamento de Asuntos Políticos y Consolidación de la Paz (DAPCP ), ONU Mujeres, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), así como funcionarios del Secretariado de la CARICOM y de sus instituciones como la Agencia de Salud Pública del Caribe (CARPHA), el Centro de Cambio Climático para la Comunidad del Caribe (CCCC, Caribbean Community Climate Change Centre), y el Mecanismo Regional de Pesca del Caribe (CRFM, por su sigla en inglés), entre otras entidades.
Alicia Bárcena, participó en la 11ª reunión general entre la CARICOM y el Sistema de las Naciones Unidas
En su intervención, la secretaria ejecutiva de la CEPAL presentó un panorama de los desafíos económicos, sociales y ambientales que enfrenta actualmente el Caribe, una región que ha sido especialmente afectada por la crisis derivada de la pandemia de COVID-19.
Alicia Bárcena indicó que la región de América Latina y el Caribe en general está viviendo una paradoja en su recuperación en medio de un mundo dividido, con un patrón de desarrollo insostenible y con el riesgo de volver a las bajas trayectorias de crecimiento que tenía antes de la pandemia, con baja inversión y desempleo.
Explicó que si bien las medidas adoptadas por los gobiernos para mitigar las consecuencias sociales del COVID-19 llegaron a los 1,300 millones de dólares en el Caribe en 2020, la desigualdad, pobreza e informalidad se incrementaron, así como la malnutrición y el riesgo de inseguridad alimentaria y se mantuvo una alta prevalencia de enfermedades no transmisibles en donde los grupos más golpeados fueron las mujeres, los niños en edad escolar y las personas mayores.
Además, los países del Caribe tienen un limitado espacio fiscal y un alto endeudamiento, lo que acentúa aún más sus vulnerabilidades y las asimetrías globales que se viven en el mundo con relación al acceso a las vacunas, el combate al cambio climático y el acceso al financiamiento para el desarrollo, por eso la atención especial que la CEPAL ha dado a la subregión con su estrategia del “Caribe Primero” (“Caribbean First”). También recomienda expandir los instrumentos de financiamiento para el desarrollo, incluyendo iniciativas innovadoras como canje de deuda por acción climática y bonos verdes.
Bárcena recordó que, según las más recientes proyecciones de la CEPAL, el Caribe crecerá 3.6% en 2021 y 7.8% en 2022. Sin embargo, muchos países sufren problemas de bajo crecimiento y deben soportar un alto servicio de la deuda. “La pandemia ha ensanchado los déficits fiscales e inflado la deuda pública. La deuda central del gobierno en el Caribe creció en casi 20 puntos porcentuales en 2020 hasta llegar a un nivel de 87.8% del PIB en promedio”, indicó.
“Estas circunstancias combinadas subieron significativamente las apuestas sobre las habilidades de los países de la región para mantener el curso en lo que se refiere al desarrollo sostenible. Los desafíos son formidables”, advirtió.
En materia de financiamiento para el desarrollo, Alicia Bárcena destacó que los criterios de graduación de la ayuda oficial para el desarrollo (AOD) han puesto un obstáculo adicional a la movilización de recursos para la región. Cuatro países del Caribe han sido removidos de la lista de potenciales receptores de AOD y uno más se “graduaría” en 2022, explicó.
Para enfrentar todos estos desafíos relacionados con la deuda y poder avanzar para construir mejor hacia el futuro, la CEPAL propone cinco acciones de política, señaló Bárcena:
- Acceso completo a las vacunas y un enfoque en una sola salud.
- Alivio de la deuda y el establecimiento de un Fondo de Resiliencia del Caribe.
- Expansión de la caja de herramientas de instrumentos innovadores para mejorar la capacidad de pago de la deuda y evitar la cesación de pagos, como las cláusulas de huracanes, los bonos verdes y los bonos ligados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- Remover obstáculos y facilitar la reducción de riesgos (de-risking).
- Impulsar la propuesta de la CEPAL de reconsiderar los criterios para medir y clasificar el desarrollo, suspendiendo al mismo tiempo las “graduaciones” de los países de ingreso medio durante la pandemia.
“Necesitamos una recuperación transformadora, con énfasis en la inversión en igualdad y sostenibilidad”, indicó Bárcena a los participantes. “Se deben mantener las transferencias, el ingreso básico de emergencia, el bono contra el hambre, la canasta digital básica y el apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). También hay que entrenar y re-entrenar a la fuerza laboral en línea con las políticas industriales y tecnológicas, apoyando a los sectores que pueden liderar un gran impulso hacia la inversión en sostenibilidad (economía azul y verde), así como fomentar la integración regional, reestructurar los sistemas de educación y salud, construir resiliencia en los sistemas agrícolas y restaurar los viajes intrarregionales”, explicó.
Finalmente destacó el liderazgo que han tenido los países del Caribe en el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, hecho que queda demostrado con el aumento de los exámenes nacionales voluntarios presentados ante las Naciones Unidas en el período 2016-2021, inclusive durante el Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible.
Con información de la CEPAL.
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