Por: Caleb Palma
Alimento Para Todos
A medida que entramos en la temporada de verano, bancos de alimentos en todo el país están lidiando con recursos limitados debido al impacto económico continuo de la inflación. La combinación del aumento de precios y la disminución de las contribuciones ha dado lugar a un suministro más frágil para organizaciones que luchan contra el hambre.
El pasado 8 de junio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que la inflación en mayo se colocó en 5.84% a tasa anual. Esto implica una ligera disminución desde el 7.61% que corresponde al mismo mes del año anterior.
Bancos de alimentos en todo el país están lidiando con recursos limitados
No obstante, dicho cambio se atribuye principalmente a la caída en los precios de la electricidad, mientras que el índice subyacente continúa mostrando un incremento. Entre los productos con mayor alza se encuentran alimentos como la papa (13.76%), la naranja (9.32%), el azúcar (4.23%), la tortilla de maíz (0.50%) y la leche pasteurizada (0.60%).
Además, el informe trimestral del Banco Mundial sobre Seguridad Alimentaria muestra que, a pesar de que la inflación en México ha mostrado una desaceleración durante cuatro meses consecutivos desde enero de 2023, los precios continúan aumentando. Este fenómeno sigue presionando el poder adquisitivo de la mayoría de las personas, lo que amenaza con elevar los niveles de inseguridad alimentaria; el informe detallado señala que los precios de los alimentos han superado la inflación general en el 81.9% de los 160 países que monitorean, incluyendo México.
Ante este panorama, los bancos de alimentos en el país se encuentran bajo una enorme presión para movilizar sus recursos de manera eficiente y continuar brindando atención a los sectores más vulnerables de la población.
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En Alimento Para Todos siguen comprometidos con su misión de garantizar que no falte comida en las mesas de nuestras comunidades. Creemos que luchar contra el hambre no es solo una cuestión de justicia social, sino también una inversión en el futuro.
Dicha tarea representa un desafío de grandes dimensiones y requiere la colaboración de todos: gobierno, empresas, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos. Colaborando juntos podemos mitigar los efectos de la inflación en la seguridad alimentaria y asegurar que todos tengan acceso a una alimentación adecuada.
Con el apoyo de todos podemos seguir liderando el cambio sistémico necesario para erradicar el hambre. Existen muchas maneras de sumarse a esta causa, ya sea como voluntario, abogando por políticas que reduzcan el desperdicio de alimentos y promuevan su redistribución o contribuyendo con recursos financieros o en especie. Juntos, podemos luchar porque esta generación sea la última en experimentar inseguridad alimentaria.
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